entrevista

Eduardo Casanova presenta su segunda película

Revolucionario y provocador, tras su nueva propuesta está, una vez más, Álex de la Iglesia, quien impulsó el proyecto junto a Jimena Monteoliva.

La nueva película de Eduardo Casanova, La piedad, es una coproducción argentina española en la que comparte cartel con la icónica Ángela Molina. ­Diario Hoy dialogó con Casanova para saber más de su película, donde el surrealismo y la religión se mezclan, conteniendo las más perturbadoras e hipnóticas imágenes del cine español reciente con un duelo actoral único entre él y Molina.

—¿Cómo fue para vos estar detrás y delante de cámara?

—Delante de la cámara nunca me interesó demasiado estar, pero me hizo aprender para ponerme detrás.

—¿Y volver a la actuación?

—Si no queda otra, lo hago. No es lo mío, pero lo hago.

—¿Cómo surgió el nombre de Ángela Molina para acompañarte en esta aventura y qué ­trabajo hicieron para lograr la química en la pantalla?

—Cuando tenés un personaje escrito sobre papel, lo más lógico es que te venga a la cabeza Ángela Molina, no por intuición si no por lógica: Ángela es una de las mejores actrices del mundo, además es una leyenda. Ángela es una apuesta segura siempre.

Cuando convences a Ángela del papel que tiene que interpretar no hace falta hacer mucho más, lo hace todo ella y te enseña día a día cómo se hacen las cosas, cómo se hacen bien las cosas. Es una diosa.

—Madres y vínculos familiares ha habido muchos en el cine, pero en tu caso La piedad lo lleva a un extremo radical, ¿por qué pensaste esta relación de esa manera?

—Creo que tiene que ver con la radicalidad de mi forma de ser. Yo vivo y concibo las relaciones, el arte, la vida de forma intensa, casi siempre en el paroxismo.

También como espectador me interesa ver siempre la opción más radical y extraña de cualquier relación. No me gustan las sutilezas, a no ser que sean extremadamente sutiles. O todo o nada. O rosa o negro. Por ahora…

—En la película volvés a trabajar con Ana, recuperás el personaje que hizo en Pieles en una escena, ¿por qué es importante para vos que las películas dialoguen de esta manera entre sí?

—Para mí, un artista, más que una de sus obras, me interesa su mundo. Su punto de vista. A mí no me importa si la película de un artista que admiro está mejor o peor, me interesa si veo su mundo. Si su universo está en la película siempre me Interesara la película, aunque fallen cosas a nivel narrativo.

A mí me gusta y necesito crear mi universo, sobre todo como escape de la realidad. Y me gusta ofrecer un mundo en el que sucedan historias pero que siempre sea el mismo mundo. Como un parque temático de mis obsesiones.

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