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El diablo se viste a la moda, un clásico impensado
La película fue protagonizada por Meryl Streep y Anne Hathaway, siendo la comedia preferida en tiempos contemporáneos.
Desde su estreno, la comedia dramática El diablo se viste a la moda se convirtió en un icono por los personajes, las situaciones contemporáneas y las escenas graciosas que subyacen entre las imágenes de la mentada cinta. Hasta el momento han pasado casi dos décadas desde el lanzamiento de la cinta que estuvo basada en los escritos de Lauren Weisberger. Por otro lado, el relato se centra en la vida de una mujer joven que pretende triunfar en la edición gráfica para una mujer que es una celebridad en el universo de la moda pero que se destaca por su carácter cruel y competitivo. Esta persona se llama Miranda Priestly que tiene a cargo una revista muy cara y quiere conseguir todos los momentos a cualquier costo.
Por aquél entonces se sospechaba que este rol estaba inspirado en una de las responsables de la edición Vogue, pero todo este rumor quedó en la nada. La primera escena muestra a la muchacha con aires aspiraciones y cuyo nombre es Andy que está llegando a una redacción para poder cumplir un puesto como la asistente de la directora. Este trabajo será un pasaje directo a la crueldad y al infierno. Sin embargo, lo hace con creces y no para de cumplir todos los caprichos de la tirana en cuestión. La chica cree que esta situación será una pavada, pero es destrozada por su look, el estado de su pelo, la vestimenta y todo lo que come. Los empleados y compañeros son crueles y hostiles, pero esto no la asusta ni la hace arrepentirse de su decisión. Así se ve como todos funcionan como soldados de la mujer. Ella llega a la redacción, una persona sostiene la puerta, otra le toma la cartera y los abrigos, atienden sus llamados y se ven envueltos en una rutina casi macabra.
Poco a poco, la asistente tendrá que ponerse al día con la moda, usará otros looks, va a cambiar su pelo, el maquillaje y hasta los atuendos. Asimismo, Andy es el sostén emocional de su compañera Emily que vive nerviosa y hasta se quiebra en un momento laboral por lo que estará en segundo plano. Poco a poco, Andy se hace amiga de Nigel, el director del magazine y así pueden hacer rutinas más amenas ante la tiranía de la jefa. En este sentido, Andy pasa de tener una vida común y corriente con un novio, una vivienda básica y un grupo de amigos con los que se reúne una vez por semana en boliches y bares a estar todo el día pendiente de su nuevo trabajo.
Poco a poco esto estará manchando su vida, deberá responder las llamadas de su jefa a tiempo completo lo que traerá algunos roces con su novio que le pedirá un tiempo. Una vez que ambos se dan ese espacio, consideran que deben volver para estar juntos y lo intentan, pero todo será en vano puesto a que las expectativas de las partes han cambiado.
Con la crisis sin poder enfrentarse, Andy es tentada para acompañar a la jefa a un viaje a París, más precisamente a la semana de la moda. Esto es una obligación porque su compañera de trabajo sufre un accidente y alguien debe asistir a la dueña de la revista. Así la mujer va a viajar para conocer esa ciudad, pasear por el viejo continente y también para cambiar su guardarropa debido a que la moda comienza a ser un interés en su vida, al contrario de cómo pensaba que sería cuando entró a la redacción. De esta manera, poco a poco, fue adentrándose en un universo muy interesante y estético, pero también frívolo y cruel. Pero no todo es trabajo en este filme puesto a que la mujer tiene el corazón roto por el cierre definitivo de la relación con su novio y es por eso que conoce a un galán que también escribe para otro medio. Los tortolitos se flechan e intentan pasar la noche juntos. Este plan sale con creces debido a que la pasión es mutua pero además ella debe conseguir la última edición de Harry Potter para las hijas de su jefa. Este objetivo sale muy bien pero también ella se entera que están tendiéndole una trampa a la dueña de la revista y es por ello que debe alertarla. Al hacerlo, sabe que la mujer está al tanto, ha montado una escena para sacarla del medio y todo estaba acordado. Es por ello que renuncia y comienza otro camino más cómodo para su vida y lejos de los trepadores de la redacción. Así, Andy va a trabajar a otro periódico y es recomendada de una forma muy particular por Miranda. Todos felices siguen sus caminos y comieron perdices en el corazón de una ciudad por demás competente. Las dos divas que ponen en juego estos roles son Meryl Streep y Anne Hathaway.
Meryl Streep en un rol estelar
Con una excelsa carrera profesional, Meryl Streep es una diva en Hollywood y nadie puede decir lo contrario. Poco a poco forjó su carrera en todos los lenguajes posibles y saltó a la fama. Cuando fue tentada para estar en El diablo viste a la moda, la mujer no dudó en aceptarlo puesto a que es una admiradora de la escritora del libro original. Para ella se trató de todo un orgullo poder estar en este proyecto y es por ello que solicitó el guión para poner manos a la obra al estudiarlo. Así lo hizo con creces y para poder ponerse en personaje llevó a cabo El método, una serie de técnicas que puso en juego durante el rodaje. Allí construyó este personaje donde se pone en la piel de una jefa cruel y estratega que trata a sus empleados como si fueran esclavos de la edad media. Además, poco a poco, se consagró como Miranda, cambió su look y eligió los looks que tendría con este personaje. La película fue un éxito y este rol es un clásico entre las tiranas de Hollywood.
Una diva en ascenso
La actriz Anne Hathaway ha consolidado su carrera profesional como actriz, bailarina y cantante con mucho esfuerzo y perseverancia. Si bien en sus inicios comenzó a trabajar en proyectos independientes, con el paso del tiempo tuvo la posibilidad de estar en filmes, obras de teatro y programas para la pantalla chica que la consolidaron dentro de una escena por demás cruenta y ganó fama o popularidad debido a sus desempeños artísticos. Asimismo, comenzó a ser considerada un icono de la moda y de forma reciente usó el mismo look elegido para la película El diablo viste a la moda. Sucede que el personaje de Andy que tiene el pelo color castaño, largo y con flequillo fue toda una inspiración para Donatella Versace que la eligió y contrató para hacer una campaña fotográfica con modelos de ropa y looks que fueron considerados como clásicos en los últimos años.