El magnetismo de Alejandra Pradón

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la TV argentina, diario Hoy recuerda esta vez a la primera vedette.

Formada como bailarina y actriz, Alejandra Pradón egresó de una escuela de monjas e inició su camino como una artista que acompañaba al célebre intérprete y su orquesta: Juan Carlos y las Rumberas. Así viajaban alrededor de todo el globo terráqueo presentándose en cruceros, casinos, teatros y festivales con un show íntegro de flamenco y otras variedades.

Desde la llegada a este mundo, su vida no fue fácil porque su madre la abandonó junto a sus hermanas y fue criada por su papá. Luego comenzó a trabajar y se convirtió en toda una estrella junto a cómicos de renombre que la acompañaron en los teatros, las películas y sketches de televisión con comedias picarescas.

A lo largo de su vida trabajó con Jorge Corona, Antonio Gasalla, Enrique Pinti y Tristán, entre otros. La pantalla chica no fue la excepción ante sus conquistas y llegó por la puerta grande a programas como Videomatch, Peor es nada, Rompeportones, y visitó el magazine de Lucho Avilés como una de las panelistas estrellas.

A la vez, protagonizaba desfiles populares y hacía presencias en discotecas del Gran Buenos Aires.

Vinculada con empresarios poderosos y futbolistas, la vedette mantuvo relaciones largas que siempre se terminaban porque los compañeros sentimentales no respetaban su trabajo y solían exigirle que abandonara todo en pos de una situación amorosa con menor exposición mediática.

Sin embargo, fiel a sus sentimientos, Pradón jamás dejó que nadie coartara su libertad y siempre continuó con su trabajo, aun si esto le costaba una separación.

Así hizo conocida la relación con Guillermo Coppola, un empresario teatral y otros tantos. De todos modos, nada llegó a buen puerto.

Luego, una vez que cambió el milenio, Alejandra conoció a un moreno de pelo largo llamado Fabrizio Lallana y comenzaron un vínculo que prontamente mutó a una convivencia.

El primer mes todo marchó sobre ruedas, el amor estaba intacto y el mundo parecía detenerse ante estos tortolitos. Pero tanto las cuentas como las compras del supermercado debían pagarse y así fue que Alejandra llevaba a cabo sus contratos, presentaciones y compromisos laborales. Alguien debía hacerse cargo de llevar la casa adelante. Esta situación desató peleas entre ellos.

A inicios del 2004, para marzo más precisamente, Pradón llegó al hogar donde estaba Lallana, pelearon porque él no trabajaba y la situación pasó a mayores, tras una discusión en el balcón del departamento majestuoso que habitaban. Esa madrugada, Alejandra cayó por la edificación, impactando sobre la rama de un árbol que se partió. La mujer sufrió politraumatismos y debió ser internada por años.

“No sé si me caí o me tiraron, pero estaba con él, con quien era mi novio. Fue un hecho de violencia. En ese momento yo me encontraba tirándole la ropa por el balcón cuándo pasó”, contó Pradón.

Entre varias cirugías, la vedette tuvo que atravesar transfusiones, y sus seres queridos la visitaban sin creer en una posible salvación. Gracias a la vida sana que supo llevar, pudo salir a flote. Se alistó para recuperarse y debió permanecer un tiempo en sillas de ruedas, sin poder pararse, mientras entrenaba en pos de su mejoría.

Un mal trago en la amistad

Consagrada como una figura estelar, Pradón supo cosechar una fortuna para vivir holgadamente.

Sucede que en el 2019 se presentó en el show ¿Quién quiere ser millonario?, ganó y se llevó un premio por 300.000 pesos, que utilizó para pagar las deudas que tuvo por ser víctima de estafa.

Respecto a ello, la vedette expresó lo siguiente: “Me pasó de confianzuda. Cuando me enteré, me cayó como un balde de agua fría y me desmayé. No es de mi familia, es una persona que realmente consideré. Era un amigo al que encima le iba a regalar la casa de mi papá, que falleció, y había quedado ahí, en el oeste”.

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