“El saber que hay una puerta de igualdad me hace pensar que no todo está perdido”

En una entrevista exclusiva con este multimedio, la escritora Claudia Baldoni presentó su obra artística ilustrada por Rocambole.

Creativa y perseverante, Claudia Baldoni puso manos a la obra para escribir y rodar la película El diálogo abierto, un filme independiente que será emitido durante este mes en la sala Select en La Plata.

La escritora también recorrió el globo terráqueo gracias a sus obras que, muchas veces, también están acompañadas por sus versiones literarias; a través de un mensaje crítico y filosófico que invita a poner ciertos conceptos en crisis, la mentada entrega también contó con las ilustraciones del artista e ilustrador platense Rocambole.

Durante una entrevista con este multimedio, la realizadora logró recorrer los detalles de su producción, reveló las intimidades del detrás de escena y reflexionó sobre el séptimo arte.

—¿Cómo surge el proyecto?

—Cuando comienzo a sacar mis obras literarias, necesitaba llevarla a la imagen a raíz de mi escritura simbólica. Sucede que nunca me bastó con la producción escrita, es decir quería comprobar que no se revienta por llevarla a la imagen, por el contrario, ella te remite al libro. En este caso, en particular, Rocambole me ilustró íntegro el libro, y como tal, quise incorporarla en el filme porque son parte de los demonios que ingresan en los personajes reales con los actores: Néstor Villoldo (Antonio),

Marcelo Viollaz (Psicoanalista) y Pablo Piris (Chino) , y fueron animados por Álvaro Jugo, quien es parte de mi equipo

–—¿Qué material están trabajando?

—Siempre trabajamos sobre mis obras literarias (si hablamos de cine), no en su totalidad, pero si hay una buena parte. A veces, de una carilla realizo un guión en un contexto abierto para luego trasladar el mismo lenguaje literario al visual. Trato de lograr el cuidado de todo aquello que ya no se tiene en cuenta, que es el espectador. Es importante volver al pensamiento, es algo que tengo en cuenta en mis libros No se debe seguir subestimando al lector, ni tampoco al espectador en este caso.

—¿Cuáles son los mensajes detrás del arte que comunican?

—Los que el lector o el espectador quieran ver o entender, creo en el significante y la demanda sobre el mismo hacia una sociedad paralizada. Detrás siempre está la denuncia y la belleza del arte. Allí debe haber poesía porque es la supervivencia del ser, flotar entre los excrementos y entender que ahí pueden suceder cosas, incluso la belleza.

—¿En qué otros proyectos están inmersos?

—Terminé de escribir El Ciruja de la calle Nueva York y directamente lo vamos a llevar al cine.

—¿Cuál es la visión de la escena actual?

—El desasosiego está abriendo otro mundo después de las grandes guerras, porque en eso estamos, vienen las grandes cosas. El saber que hay una puerta de igualdad, me hace pensar que no todo está perdido.

—¿Cómo es recepcionado tu arte en tu país y en el exterior?

—Acá de forma bastante criticada (pero eso es bueno) por el hecho de ser mujer. Luego de venir del exterior, se tornó más fuerte en mi país, dada la importancia que tuvieron las obras literarias afuera.

—¿Qué otras aristas te faltan recorrer?

—Amo el tango, también decirlo, y de hecho recorre todo conmigo. Lo único que te puedo decir es que vivo porque escribo y me alimenta la obra. Esto es infinito, la belleza del arte deja al mundo en pie.

—¿Cómo adherís a las luchas y conquistas de género?

—Mediante el arte, morir con el corazón en la lengua, las obras son las que hablan por mí, no es poca cosa, la demanda, la denuncia está ahí, hay de género, un riesgo, llevarla por el mundo, transformarla, la vida en cada una de ellas. Coincido con Bertolt Brecht: “Quien quiere ver solo lo que puede entender no tendría que ir al teatro, tendría que ir al baño”.

Noticias Relacionadas