entrevista

Humberto Zurita: “Es un privilegio vivir vidas alternas”

El talentoso actor de origen mexicano le pone el cuerpo a Ramiro en la adaptación para el público latino de 100 días para enamorarse.

100 días para enamorarnos, que se ve de lunes a viernes a las 21.30 en Telemundo Internacional, es la versión que la cadena realizó para el público latino del gran suceso argentino 100 días para enamorarse. En la propuesta, el mexicano Humberto Zurita encarna a Ramiro, el abuelo que no comprende el avance de los tiempos en cuanto a diversidad y libertad sexual. De manera exclusiva hablamos con él para saber más de la propuesta.

100 días para enamorarnos cuenta la historia de dos buenas amigas, Constanza Franco (Ilse Salas) y Remedios Rivera (Mariana Treviño), muy diferentes la una de la otra, pero tan unidas como si fueran hermanas. Cuando ambas enfrentan problemas con sus respectivas parejas, a Constanza se le ocurre una “gran idea” para intentar salvar su matrimonio. Con su pareja (Erick Elías), deciden firmar un contrato en el que se darán 100 días de total libertad. Al cabo de este tiempo, evaluarán si continúan juntos o se divorcian.

—¿Cuándo supiste que querías ser actor?

—A mis 19 años. Yo no quería ser actor, la verdad es que no era mi objetivo ser actor, yo me dedicaba al comercio, a otras cosas. Había terminado la secundaria, estaba en un comercio, me invitaron a hacer una obra de teatro, y terminé estudiando en el Centro Universitario de Teatro, a los 21 ya estaba en el Distrito Federal, durante siete años hice teatro amateur o universitario, después ya lo hice profesionalmente, luego cine, y finalmente a televisión, que es de donde todos me conocen, pero esa fue mi historia.

—Más allá de lo del comercio, ¿tenías algún otro sueño de niño?

—No, yo vengo de Torreón Coahuila, del Norte, y estaba muy metido en el comercio, tenía una tienda de muebles de diseño y un restaurante, con un amigo, que acaba de fallecer. Se me ha muerto tanta gente, mi mujer hace tres años, así es la vida, y acá andamos.

—¿Qué podés contarnos de Ramiro?

—Es un personaje maravilloso para mí, bien entrañable, que dentro de su género, la comedia, me permitió divertirme muchísimo, improvisar muchísimo, y la sustancia de él para mí es el amor, es su motor principal, y también la reconciliación con él mismo. Es un personaje que quise hacer carismático, gruñón, con un tono suave, y con el amor, podía aceptar cualquier tema que podía pasar frente a su hija y nieta, para aceptar y querer y amar como son.

—¿Viste la versión argentina con Osvaldo Laport?

—No la vi, afortunadamente, porque para un actor es muy importante no ver, así imaginás o conceptualizás vos tu personaje, lo construís vos. Si no, es muy difícil salir de las influencias del otro actor, y sé que Osvaldo es un gran actor, pero no lo vi, sé que funcionó muy bien, porque además los libros son muy buenos, de hecho hice mucho teatro argentino, porque ustedes escriben muy bien teatro, cine, televisión.

—¿Qué te permitió explorar Ramiro en estos tiempos de deconstrucción para vos, como persona, no como personaje?

—Primero está muy bien escrita la historia, por lo que la estructura dramática es muy real, muy accesible, son personajes de carne y hueso, muy profundos todos, y lo más accesible para encontrarme con Ramiro fue enamorarme de él y el amor que tiene por la familia, y desde ahí uno puede reconstruirse todos los días.

—¿Hay algún soporte en el que te sientas más cómodo? Cine, teatro, televisión…

—Afortunadamente yo hago todo, tuve dos productoras, dirigí mucha televisión y dirijo y produzco todos los años teatro, el cine me encanta, voy a estrenar una película que dirigí que se llama Retrato de familia, y disfruto todo, es un privilegio vivir vidas alternas, los actores lo hacemos y cuando nos entregamos a nuestros personajes podemos dar mensajes buenos. Me gusta dar mensajes, como sucede con el teatro, donde podés brindar mensajes con profundidad, porque hay un trabajo de mesa, una psicología de los personajes, y todas esas herramientas te permiten construir personajes de verdad que hacen que la gente los vea, como este en 100 días para enamorarnos.

—Si alguien no conoce tu trabajo, ¿qué le recomendarías que vea?

—¡Qué pregunta! Hice maravillosos, pero pienso que me gustaría interpretar un personaje que tenga mucho para decirle a la gente, algo escrito hoy en día. Ustedes escriben muy bien, hice El protagonista, que habla del ser humano, eso me gustaría. Darío Fo tiene algo muy padre que es Transmisión interrumpida, y es Jesús llegando a la tierra hoy en día y para poder predicar se tiene que hacer actor. Pienso en muchos que quisiera hacer, pero no uno en especial, sí que sean aspiracionales y que entreguen una ilusión y una manera más amorosa de ver la vida y que sea inclusiva.

Noticias Relacionadas