José Alirio Peña Zerpa adelanta el 13° Cineversatil: Triángulo Rosa

José Alirio Peña Zerpa, director del 13° Cineversatil: Triángulo Rosa, Festival Internacional de Cortometrajes sobre Diversidad, habló con Hoy sobre la muestra que se realizará mañana y pasado en el microcine del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930, CABA) a las 19. 

—¿Qué tan difícil fue preparar esta edición teniendo en cuenta el contexto económico?

—En este preciso momento Argentina atraviesa un contexto inflacionario que no nos permite a los organizadores de los festivales de cine llevar a cabo todas las actividades que quisiéramos realizar. Los aportes otorgados por los sponsors se desvanecen y uno repiensa el escenario.

La edición 2023 cuenta con aportes para cubrir los gastos necesarios y, por supuesto, que facilita bastante el hecho de ser un festival de cine Lgbtiq+ con una temática específica y una selección de tan solo 10 cortometrajes y un largometraje invitado. Una competencia internacional supone un premio y la restricción de divisas es un obstáculo. Las opciones son los premios simbólicos o los premios otorgados por embajadas y el propio gobierno argentino. Decidimos, desde el año 2022 que seríamos un festival no competitivo. 

—¿Cómo creen que esta edición va a ayudar a seguir acompañando a disidencias y otras sexualidades teniendo en cuenta el avance de la derecha sobre las conquistas de género?

—Los festivales de cine Lgbtiq+ constituimos lo que denominamos activismo cinematográfico, esa especie de confluencia de varias formas de hacer activismo. En especial la décimo tercera edición del Cineversatil, dedicada al Triángulo Rosa, toma en cuenta el principio de memoria activa e invita al diálogo y la reflexión a través de un curso autoadministrado online. Siempre habrá memorias y verdades que incomodan, y la de los hombres triángulos rosas no es la excepción. Darlas a conocer es darle una sobrevivida al material audiovisual que en sí mismo es un material dinámico y no un archivo muerto. 

El avance de la extrema derecha, lamentablemente, es un boomerang. Cuando creíamos que ya habíamos superado algunas posiciones fundamentalistas, vuelven a retornar. Y es curioso, también, cómo ciertas izquierdas no escapan a expresiones conservadoras. Hay gobiernos de izquierda en América Latina donde no existen marcos legales igualitarios y otros comienzan de manera tímida a aprobar leyes. 

Por otro lado, notamos con preocupación que hay muchos micromachismos naturalizados en la cotidianidad. Son expresiones de anulación que debemos identificar para hacer trabajos focales en las diferentes instituciones donde se manifiestan.