entrevista
Juan Palomino: “A mí me interesa poder abrir puertas y generar espacios donde el cine se pueda ver”
El talentoso actor regresa al audiovisual en la propuesta rodada en Tafí Viejo,Tucumán.
Juan Palomino es parte de Tafí Viejo, verdor sin tiempo, dirigida por Eduardo Pinto que cuenta la historia de Ana y Mauro, dos jóvenes cuyo amor crece entre los limoneros de Tafí, mientras enfrentan secretos y conflictos que pondrán a prueba su relación. Palomino es parte del proyecto de Flow, que se ve también en El Nueve, y hablamos con él.
—Es un momento complicado, en todos los aspectos pero se estrenó esta producción que lo que es lindo, es empezar a ver historias contadas fuera de la periferia…
—A mí me parece que lo que hay que destacar es esto de que el cine se abre también a otras realidades, a otra Argentina, porque pareciera ser que el cine está como circunscripto a la identidad porteña. Y me parece que ésta serie, como Belén, la película, hablan de una realidad que nos toca a todos desde este territorio. Y Tafí Viejo… tiene esa pulsión, tiene ese aire, tiene esa respiración, esa coloratura de las palabras y de la forma de expresarse. También tiene esas grandes contradicciones que existen en el sistema. Pero fundamentalmente quiero destacar que se hizo y se abre una posibilidad de trabajo a los actores de Tucumán y también a nosotros los actores que vivimos en Buenos Aires. Me parece importante, como vos bien decías, que en circunstancias tan complejas, desde lo económico, desde lo político, desde lo social, podamos seguir apostando y que, en este caso, la productora apueste a generar una cierta mirada a generar trabajo porque lo audiovisual mueve la economía y que eso nos permita seguir transitando esa red de espejos que es el cine, que es la televisión. La televisión, las plataformas y la televisión abierta. Esta serie se va a estrenar en Flow, pero también en noviembre se estrena en El Nueve, en la televisión abierta, que tanta falta le hace a la ficción nuestra. Celebro esto, celebro que en circunstancias tan particulares podamos encontrarnos los actores, los técnicos, los guionistas, los productores en un espacio que salga de la gran urbe, incluso de la capital de Tucumán, porque Tafí tiene una identidad propia, tiene que ver con los cítricos, tiene que ver con lo que fueron los ferrocarriles en su momento y esa historia de amor entre dos jóvenes también plantea esta lógica de las diferencias y de las grietas, que ancestralmente desde Shakespeare, Romeo y Julieta, plantea una grieta, una diferencia y que a pesar de las diferencias, contrariamente a lo que es Romeo y Julieta, donde la tragedia está presente, acá existe el encuentro y subsanar esas diferencias ancestrales y poder construir a partir de esa lógica del encuentro.
—Hablamos esto de salir del porteñismo que tenemos. Vos sos un precursor cuando estuviste con el Festival Internacional de Cine de la Triple Frontera, esto de abrir caminos también en otros espacios...
—Creo que está bueno desde el lugar del gestor, porque creo que los actores no solamente somos instrumentos de un texto, de un dramaturgo, de un guionista, de un director, de una producción, sino que también me parece que es una manera de encontrarnos distinta, de estar detrás de cámaras, generar un evento cultural en un espacio estigmatizado como son las tres fronteras. Esto que encaramos con Daniel Valenzuela y que se sumaron todos los actores, directores, actrices, técnicos, los sindicatos acompañaron esta propuesta. El gobierno provincial de Misiones estuvo presente, Puerto Iguazú y su gente, incluso hasta las Fuerzas Armadas, tomamos la cancha de fútbol de la prefectura y hubo una conjunción, una unión, un encuentro entre los maestros, entre los comerciantes, entre los estudiantes, entre toda una porción de sociedad que se caracterizó siempre por tener vía directa al Paraguay y a Brasil. Entonces, como actor, creo que también es una de las facetas que a mí me interesa como sujeto de estos tiempos. Poder abrir puertas y poder generar espacios donde el cine se pueda ver.
—En ese festival había gente que por ahí nunca había visto cine…
—Y nos decían que no iba a ir gente a ver cine, porque no había cine. Y lo hicimos en Carpas. Pero esto no hubiese sido posible sin la presencia del Estado. Porque en tiempos donde parece ser que el Estado se achica, y donde prevalece son los listados de Excel, donde el equilibrio fiscal está dado por la reducción o el reduccionismo de determinados espacios, como es lo identitario en relación directa con el arte, en este caso el cine, y en este caso la problemática del cine. Quiero destacar eso. Digamos que hubo una gran conexión entre lo artístico, entre lo que significa el arte del cine, lo que significa la sociedad y lo que significa el poder del Estado atendiendo esas necesidades, porque sabemos perfectamente que el Estado, si no está presente, se generan esos procesos de aculturación. Entonces, tomando esas premisas, a mí me parece que la labor de alguien que está en relación directa con el arte tiene que ver también con esa mirada.
