La resiliencia de Britney Spears
En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la farándula internacional, diario Hoy recuerda la intensa trayectoria de la princesa del pop.
Casi a fines de los 90, más precisamente con el advenimiento del cambio de milenio, una figura blonda, sexy y juvenil irrumpía en la escena del pop norteamericano con un hit que rompía todos los cánones imperantes hasta ese entonces. Se trataba de la, por entonces, adolescente Britney Spears que cantaba Baby one more time, un clásico que se consagró a los instantes de salir al aire. El videoclip mostraba a un grupo de colegialas bailando al son de letras del amor y la picardía propia de la edad.
La fama y la popularidad llegaron bruscamente para la estrella, junto a conciertos, y todas las bondades que se pueden obtener al convertirse en una figura de primera línea. También experimentó el amor junto al cantante Justin Timberlake con quien mantuvo una relación amorosa por cuatro años. Esta terminó por el desgaste propio de intentar coordinar dos agendas muy ajustadas.
En no tan buenos términos, los chicos siguieron por caminos separados y cada uno dejó atrás el pasado. Por su parte, Britney estaba agotada por la cantidad de compromisos que tenía y presentaba un cansancio notable que la hizo entregarse a los vicios para poder sostener el ritmo profesional, que cada vez la afectaba aún más.
Así debió ser internada en más de una oportunidad. A la par de todo esto volvió a darle una oportunidad al amor: se casó y se convirtió en mamá de dos niños pero toda esta felicidad de la carrera construida y el clan instalado quedó a un lado porque estaba sobrepasada.
Su exmarido obtuvo la custodia de sus hijos y la demandó para que le pasara una cuota alimentaria. Sumado a esto, el padre de la joven recurrió a un juez para que la considere insana, y al ser catalogada como incapaz la familia se hizo cargo de su cuidado. Su progenitor tomaba las decisiones atenientes a su vida, mientras que un estudio administrativo era el encargado de velar por la fortuna cosechada en sus años mozos.
De esta manera, su larga trayectoria en el arte llegaría a una época compleja donde la mujer ya no estaba inmersa en su oficio sino que debía encargarse de salir a flote, seguir un tratamiento estricto y olvidarse de las libertades. Esto ocasionó que ella renuncie a cumplir con metas profesionales, por lo que se alejó de la carrera y por unos años siguió estas reglas.
Finalmente, optó por recurrir a una abogada para iniciar los trámites legales y demostrar que estaba curada, que quería retomar su autonomía y deseaba que su papá dejara las riendas de su vida. Luego de una ardua batalla ante la Justicia, ella ganó la partida y se consagró como independiente.
Afortunadamente pudo seguir adelante y se comprometió son Sam Ashagari, un bailarín que conoció en la filmación de uno de sus videoclips. Con él pasó por el altar de forma reciente. Los tortolitos se encontraban en la dulce espera pero este embarazo no logró llegar a término.
Luego de recuperarse del mal momento, pudieron irse de viaje y adquirir una casa donde se instalaron en Los Ángeles. Asimismo, Spears llevó ante la Justicia a su hermana porque piblicó una biografía en la que relata sus vivencias y da cuenta de una serie de hechos íntimos que no fueron autorizados por la cantante.
Lejos de mostrarse ajena, la menor de los Spears continuó con la comercialización de la obra, que se convirtió en un tesoro de rápida venta. También se estrenó un documental donde los fanáticos apoyan absolutamente a la estrella y muestran el detrás de escena de sus años más difíciles.
Tras estas situaciones, la cantante comenzó a tener un perfil bajo, sin dar demasiados detalles y usando las redes sociales para comunicar las novedades inherentes a su existencia. De forma reciente, Britney dio a conocer una noticia mediante un video en Instagram: expresó que el costado derecho de su cuerpo padece una afección en los nervios. El diagnóstico es un síndrome conocido como parestesia. A partir del posteo, la mujer explica qué sensaciones la rodean y cómo sobrelleva este mal que la afecta desde hace un tiempo considerable. Aseveró: “Me despierto como tres veces a la semana en la cama y mis manos están completamente entumecidas. Los nervios son diminutos y se sienten como alfileres y agujas en el lado derecho de mi cuerpo, se dispara hasta mi cuello y la parte que más me duele es mi cabeza”.
Según la famosa, esta condición no tiene cura y esto significa que no existe tratamiento alguno que le dé un poco de paz al malestar que la aqueja. La alternativa que le ofrecieron es hacer deporte o sesiones de fisioterapia.
Por otro lado, ella alberga la esperanza de salir adelante y brindó como solución el hecho de bailar para sosegar el malestar. Así afirmó: “Cuando bailo no siento el dolor... Es como si mi mente literalmente fuera a un lugar de mi niña interior”.