Las olas, un filme platense y femenino sobre el duelo

La directora Natalia Dagatti y la guionista Sofía Bianco hablaron con este medio sobre la película que competirá en el Festival de Cine Latinoamericano 

Las olas, escrita por Sofía Bianco y dirigida por Natalia Dagatti, es la ópera prima de las cineastas locales. Esta historia sobre el duelo que debe transitar una mujer en una ciudad costera argentina se presentará el miércoles a las 22 en el Cine Select, en el marco del Festival de Cine Latinoamericano de La Plata (Fesaalp) en donde competirá junto a otras dieciséis películas (ver página 15). Además, no es lo único que expondrán en competencia, ya que Deconstrucción: crónicas de Susy Shock, dirigida por Sofía, peleará en la sección La Plata Filma Cortos. 

Antes de su participación en el festival y del estreno ante el público, las realizadoras audiovisuales hablaron con diario Hoy  sobre el filme y las dificultades de hacer cine independiente.

—¿Cómo nació  Las olas?

Natalia Dagatti:—En 2012, cuando teníamos que encarar la tesis en la Facultad, decidimos  hacerlo juntas. Después, por distintos motivos, Las olas terminó por fuera de esa tesis, pero nació hace cinco años.

Sofía Bianco:—Fue interesante trabajar en ese momento, porque ya desde el vamos supimos que yo iba a escribir el guión y ella iba a dirigir. Mientra escribía me daba sugerencias desde la dirección, y viceversa. El trabajo fue muy compartido. La película es sobre un duelo, y la idea surgió porque las dos estábamos atravesando dos duelos totalmente distintos, y ambos vinculados con el mar. Por eso desarrollamos la idea de filmar en la Costa y en invierno, momento en que se ve una geografía totalmente distinta a la del verano. El guión se terminó de adaptar a los lugares que elegimos. 

ND:—Queríamos construir un mar de una ciudad costera argentina, no que fuera en cualquier parte: debía ser en esta geografía, y la gente tenía que ser de allí. 

—¿De qué manera se desarrolló el rodaje en la Costa?

ND:—Con la protagonista, Débora Nacarate,  que es platense y una gran actriz, trabajamos acá, antes de las dos semanas de rodaje. El resto de los actores, salvo Virginia Ocampo, que también es platense, son de Santa Teresita y San Clemente. Fuimos allá, nos contactaron con el director de teatro Fabio Kechichian, que nos facilitó la entrada, y le contamos qué necesitábamos. Él nos llevó a San Clemente para hacer un casting. Lamentablemente, Fabio falleció la semana pasada, pero es importante remarcar su actitud desinteresada. Lo bueno es que fue un trabajo colectivo. Por ejemplo, la directora de Arte también es de la Costa. Todos pudieron apropiarse de la película. Tenía sus riesgos trabajar así, pero estamos contentas.

—¿Cómo sigue el camino del filme después de la participación en el Fesaalp?

ND:—El circuito de festivales es muy cruel, pero es el único lugar al cual accedemos los cineastas independientes. Si es cruel para Lucrecia 

Martel, que tuvo muchos inconvenientes en los festivales con su último filme, Zama, imaginate para los demás. Cuando alguien te selecciona y te da la oportunidad, más allá de ganar o no, abre muchas puertas. Así que estamos muy contentas de que nos hayan elegido desde el Fesaalp. 

SB:—Es todo un proceso. Primero viene el recorrido por los festivales, los más importantes, los de clase A, y después vas bajando a los menos conocidos. Ya estamos tramitando Espacios Incaa, plataformas de internet y canales de televisión. A su vez, es muy complejo porque se trata de una ópera prima, independiente. Es muy difícil sin una distribuidora que te facilite las cosas. Además, tenemos que acudir a algunos festivales de cine hecho por mujeres.

—¿Qué significa Las olas para ustedes?

ND:—Es una obra artística, con un proceso muy largo pero muy rico. Se trata de uno de los sueños que he logrado cumplir. Escribirla, rodarla, montarla y que se exhiba fue un anhelo cumplido. Creo mucho en el azar, y haber tenido la oportunidad de dirigir implicó un crecimiento muy grande para mí. Estoy muy contenta con el resultado.

SB:—Las olas parte un poco del título de la novela de Virginia Woolf. Cuando nació la idea de esta película, yo estaba leyéndola. Es un texto muy loco y delirante pero, para mí, es una novela de sensaciones. Quizá no entendés nada, pero te genera sensaciones. Y hoy, cuando veo la película, me doy cuenta de que la trama es sobre algo muy concreto, pero además te deja un montón de percepciones. Cada persona que ha atravesado un duelo se va a encontrar ahí. 

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