entrevista

Lucía Guerrero: “Es un trabajo muy distinto al que he hecho hasta ahora”

En la propuesta encarna a una mujer a punto de dar a luz que se da cuenta que nada es como realmente se ve.

Ya se puede ver Santuario en Atresplayer Internacional, en donde Lucía Guerrero encarna a Pilar, una mujer embarazada que llega al santuario y que todo le comenzará a resultar extraño. Producida por Álex de la Iglesia, hablamos con Guerrero para saber más detalles de la atrapante propuesta.

—¿Cómo estás viviendo el lanzamiento ahora en Latinoamérica de la serie?

—Pues, la verdad es que me hace mucha ilusión ir como un poco viajando con el proyecto. Primero se ha estrenado capítulo por capítulo en España y ahora como desesperada, pues, con ganas de ver cómo se acoge.

—¿Cómo fue para vos entrar en el universo de Santuario?

—Es un trabajo muy distinto, la verdad, al que he hecho hasta ahora y, bueno, yo creo que los propios decorados, el estar en el rodaje, también te da mucha perspectiva para ir construyendo poco a poco el personaje. Porque, aunque el trabajo sea previo, ahí también descubres un poco y vas adaptando el personaje a lo que sucede. En este caso la verdad es que las localizaciones han sido de enorme ayuda para meterse en todo este universo y muy distintas, porque al principio el santuario, bueno, es un lugar sagrado, maravilloso y luego ya empezamos a ver el mundo real que hay ahí fuera.

—Imagino que deben haber sido no solo las localizaciones, sino también el vestuario, estas cosas, esta ropa, que también te han puesto en sintonía...

—En mi caso no es tan futurístico lo que es el uniforme, como lo podría ser el personaje de Valle (Aura Garrido), con esta escafandra. Pero a mí sí me ha ayudado mucho el tema del embarazo, de la maternidad, la fisicalidad, cuando la tripa va creciendo, cómo uno tiene que adaptarse, cómo protege a su bebé. Yo no soy madre, pero he hablado con amigas y es esta cosa como de estar todo el rato protegiendo el vientre.

—¿Por qué creés que nos siguen atrayendo este tipo de relatos?

—Yo creo que está esta cosa de que la realidad supera a la ficción, muchas veces. Ya hemos visto como escenarios que parecían imposibles se han dado, como el covid, que a todos nos pilló un poco por sorpresa. Entonces, yo creo que hay algo que cuando se relata un futuro distópico genera interés, porque el futuro es algo que no está en manos de nadie y que a todos nos genera expectativa e incertidumbre. Así que bueno, verlo desde un prisma más catastrófico, pues digamos que es una forma de reflejar una realidad que puede acontecer si no tenemos un poco de cuidado, entonces puede ser también invitarnos a la reflexión.

—Más allá de lo que estaba en los guiones, por ahí lo que habías hablado con los directores en la previa, ¿cómo fue construir a Pilar? ¿Tomaste referencias específicas? Ahí me decías, hablé con algunas amigas que ya habían sido madre, alguna información que te podían dar, pero ¿cómo fue armarla un poco, más allá, después de qué es lo que se cuenta? ¿Cómo fue construir esa Pilar esperando su hijo?

—Digamos que, por las cualidades especiales de este personaje, el trabajo es muy interesante, porque al principio vemos a Pilar, es decir, muy programada, entonces es curioso porque es casi que ella no reacciona. Es como si todo lo que se le dijese lo aceptase, desde un lado un poco más sumiso, digamos, por esta programación. Por lo que es un trabajo interesante en ese aspecto. Es, pues, casi como la no reacción, es interesante y luego el tema de la maternidad quizás es el que más he profundizado. No solo, evidentemente, el vínculo de la madre con el bebé y esta cosa de proteger a un ser por encima de todo y que te importa más que tu vida, pero bueno, lo que hablábamos, la fisicalidad, cómo es un poco el proceso, el encontrarse mal, las hormonas, mareos, eso ha sido interesante. Y luego también, al ser una híbrida, toda esta fisicalidad es un poco más contenida. Quizás no vemos a una Pilar que va siendo expresiva, más expresiva y menos contenida a lo largo que avanza la serie, así que es un poco como dividirlo en fases.

—¿Cómo fue un poco el trabajo con los compañeros, con las compañeras?, ¿cómo eran un poco las jornadas de rodaje?

—Bueno, la verdad es que ha sido un rodaje muy intenso, muy intenso. Siempre se tiene un poco esa sensación de ir con mucha prisa. Entonces ha sido muy exigente, tanto a nivel emocional como físico. La primera parte dentro del santuario pudimos un poco saborearla más porque era una localización, era todo más cómodo, había menos, como decirlo, imprevistos. Entonces tenías más tiempo para ensayar con tus compañeros, estar con el equipo, luego ya empezamos a movernos de localización y todo empezó a ser un poco más caótico. Y claro, hay contratiempos, porque siempre en los exteriores hay contratiempos. Entonces, bueno, digamos que ahí era todo más supervivencia.

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