Martín Solá: “El estreno es el final del recorrido”

El director se encuentra feliz por presentar la película.

El realizador argentino Martín Solá estrena su película Metok, rodada íntegramente en el Tibet para narrar la historia de una monja que debe atender al llamado de su madre para ayudar a dar a luz a una mujer. Hablamos con Solá en exclusiva.

—¿Cómo te sentís que finalmente la película se estrene?

—Siempre el estreno está bueno porque tratamos en lo posible, y a mí me gusta que sea el final del recorrido por los festivales, porque me parece que es como el cierre el estreno en el país del cual uno siempre espera. Y yo lo veo como un cierre de todo un recorrido, de un ciclo.

—Tus películas encuentran espacios y es importante también porque el público no es el mismo en una sala comercial que una independiente…

—Yo siempre cuento una anécdota. Yo soy de Casilda, al sur de Santa Fe, y yo tengo cerca Rosario, que era más o menos un lugar, cuando yo era adolescente, para que pudiera ver las películas. Entonces yo le pedía dinero a mi padre y me iba en bus hasta Rosario y el único lugar era Village, que pasaban una película de Kiarostami y le digo al chico: quiero una entrada para la película de este director, y el chico no sabía que estaba la película en el cine. Me explico, lo que digo entonces es que yo tuve que insistir hasta conseguir la entrada. Cuando se habla de los espectadores, también hay que pensar en la estructura, de cómo se van a ver esas películas, porque si no tendría que haber más salas del tipo el MALBA, la Sala Leopoldo Lugones, etcétera, en donde el cuidado y la atención es otra.

—¿Cómo fue este viaje y rodar en el Tíbet?

—Cuando hago la película en Palestina ya empiezo a pensar la idea de hacer una trilogía, de mostrar tres lugares que son ocupados y no son reconocidos como país y tres formas distintas de resistir. La primera en Palestina es con el hombre que hizo el primer atentado; la segunda es a partir de la fe, que son los sufíes que resisten con danzas, pacíficamente; y la tercera es a partir del amor que es esta monja tibetana que vuelve de India a Tíbet para asistir a un parto, porque a ella, cuando la filmamos, le faltaba un año para ser médica. Entonces, a partir de esa idea de la estructura de la trilogía, que se llama lucha, fe, amor, llegué a Metok. Porque me interesaba el método y una mujer que contraste con las otras dos películas que eran dos hombres.

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