Entrevista exclusiva

Mateo Bendesky: “Tangalanga empieza a hacer bromas para alegrar a un amigo que está enfermo”

Diario Hoy dialogó en exclusiva con el director para saber más acerca de su innovadora propuesta

La nueva película de Mateo Bendesky (Los miembros de la familia), El método Tangalanga, con Martín Piroyansky, Julieta Zylberberg y Alan Sabbagh, revela el origen del humorista que hizo de los llamados telefónicos y la puteada una firma.

Para saber más de esta propuesta, dialogamos con Bendesky en exclusiva. Contra todo pronóstico, la cinta construye un amoroso relato a partir de la figura del emblemático cómico que supo hacer de las bromas telefónicas una manera de vivir.

¿Es este filme una historia de amistad? ¿Es una comedia romántica blanca? ¿Es un homenaje al artista? Sí a todo lo anterior.

—¿Cuál es el primer recuerdo que tenías de Tangalanga? ¿Te acordás de alguno de sus llamados?

—Es muy gracioso. Yo lo escuchaba en MP3. Yo no llegué a los casetes. Me bajaba los MP3 y me acuerdo de escucharlo y cagarme de risa. Había uno, me acuerdo, que llamaba a un gimnasio y lo volvía loco al tipo. Me acuerdo de la del papi fútbol. Era muy buen puteador.

Me acuerdo patente de escucharlo y cagarme de risa. Como la sensación de algo que me hacía reír mucho. Era una época en la que se puteaba menos, aparte. Donde toda la esfera de lo público era mucho más recatada que ahora.

Entonces apareció un tipo así que no era solo la puteada porque lo que lo hacía brillante no es solo la puteada, que es muy graciosa y tiene la forma musical. Era muy inteligente para el humor.

—¿Por qué contar la historia de Tangalanga hoy en día?

—Bueno, la propuesta nace un poco a partir de una idea que tenía Diego Dubcovsky, el productor. Él venía queriendo hacer una película sobre Tangalanga y me invitó a sumarme al proyecto con la idea ya firme de llevarla a cabo.

—¿Tuvo otro protagonista? ¿Se había anunciado en algún momento?

—En un momento sí. La producción tuvo idas y vueltas, se armaba y se desarmaba. Por eso Diego venía con esta idea hace tiempo. Y el año pasado nosotros ya habíamos hablado en 2018 en una de estas idas, él coprodujo mi película anterior, y me dice: “Che, quiero retomar este proyecto”.

En su momento empezamos a hablar y quedó en pausa, hasta que el año pasado él quiso hacerla. Y un poco ahí empezamos a trabajar a fondo. Yo me sumo como director al proyecto. Había un primer guion que había escrito Sergio, su hermano.

Y a partir de eso empezamos a pensar, bueno, cómo traer esta ­historia, o un poco aggiornarla ­también a este momento de la historia. Cómo entender a Tangalanga desde el 2022 y entender todo ese humor tan rupturista del que hablábamos recién.

Pensarlo como también desde la perspectiva de hoy en día, respetando ese momento, ese primer momento en el que apareció él. A partir de eso tomamos el origen, que es de los 60, que es la historia que mucha gente conoce: él empieza a hacer bromas para alegrar a un amigo que estaba enfermo.

Le dimos toda una parte de ficción a la historia, donde le sumamos como toda narrativa que apuntala y ayuda a construir también la parte de comedia romántica que tiene la peli, que es muy linda.

Quería que estuviera situada en los 60 y que aparte fuera un homenaje al cine de ese momento. Construir este mundo y ese universo de la época, que no es solamente la ropa y el arte, sino cómo hablaban, las palabras que usaban, la forma de entonarlas. Con eso hicimos un montón de trabajo también con el coguionista de la película, e investigamos muchas expresiones de la década.

—¿Cuál es tu puteada preferida de Tangalanga?

—A mí creo que me quedó, no sé si de Tangalanga o de qué, pero “pelotudo” me gusta. Tiene una sonoridad.

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