Megan Fox estaría soltera

La mujer estaba comprometida y lo dejó todo por diferencias irreconciliables a meses de la boda.

Megan Fox inició su camino como modelo publicitaria para luego incursionar en la actuación en pequeños roles hasta que le llegó el golpe de suerte en una película de terror que la saltó a la fama pero no tuvo mucho éxito en las taquillas porque rozaba lo bizarro. En otro proyecto audiovisual conoció a Austin Green, que se convertiría en su pareja estable para luego pasar por el altar y fundar una familia numerosa con tres hijos en común. Si bien han pasado muchas crisis, decidieron caminar por senderos diferentes.

En esa distancia, Megan viajó a hacer un filme para poder continuar adelante y es por ello que se sumó a un proyecto donde compartiría elenco con un cantante y actor llamado Machine Gun Kelly. Allí nació el amor y el flechazo fue instantáneo, tanto que a los dos meses estaban comprometidos y conviviendo. Además estuvieron inmersos en una serie de rituales alternativos donde se juraron amor eterno y hasta pusieron fecha próxima para su casamiento.

Con un protagonismo creciente por sus excentricidades en las alfombras rojas, la pareja apareció en la última entrega de los Grammy a la fiesta y entrega de galardones. Lo que comenzó a llamar la atención fue que en esta instancia ella llegó con un esguince en la muñeca y además anunció que tenía una herida en la columna vertebral que le impedía desplazarse con naturalidad. Además, dieron cuenta de que habrían mantenido una pelea en el viaje que los dejó en Estados Unidos con destino a la celebración. Luego de esta instancia, los seguidores del universo digital comenzaron a observar que los famosos ya no compartían imágenes que los mostraran juntos en sus redes sociales.

Asimismo, ambos fueron a diversos eventos por separado, pero no tenían los anillos de compromiso que tenían desde que se habían conocido. Recordemos que para esa instancia habían publicado: “En julio de 2020 nos sentamos bajo este baniano… Pedimos magia. No sabía­mos el dolor que enfrentaríamos juntos en un período de tiempo tan corto y frenético. Inconscientes del trabajo y sacrificios que la relación requeriría de nosotros, pero embriagados del amor. Y el karma. De alguna manera, un año y medio más tarde, después de haber atravesado juntos el infierno y de habernos reído más de lo que nunca imaginé, me pidió que me casara con él. Y como en todas las vidas anteriores a esta, y como en todas las vidas que le seguirán, dije que sí… Y luego bebimos la sangre del otro”.

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