entrevista

Mey Scapola y Alejandro Awada hablan de su participación en Norma

Ya está en los cines la película de Santiago Giralt coescrita con la protagonista y donde los actores tienen roles claves.

La producción titulada Norma es de Santiago Giralt y cuenta con el trabajo estelar de Mercedes Morán. Durante el transcurso de la entrega se puede admirar que es el estudio de una mujer que comienza a modificar su vida luego de perder a su empleada. La mujer es encarnada magistralmente por Morán y el elenco termina por completarse con Mey Scapola, que es su hija en la vida real y en la ficción; como también con Alejandro Awada, que interpreta a su marido en la propuesta. Todo el elenco tiene roles claves y es por eso que hablamos con ellos para conocer los detalles de esta espectacular propuesta.

—¿Cómo fue filmar la película? ¿Más allá del trabajo, hubo algo placentero en ir a Córdoba a filmar? ¿Qué pueden contarnos al respecto?

—Mey Scapola: Filmar siempre es placentero, con un equipo como este más todavía, una comedia tal vez más aún y, además, yo siempre tengo la idea de que cuando uno trabaja fuera de su casa, aunque sea mucho poquito, hay algo de no te digo de vacaciones, pero sí, un poquito desconecte en mi caso. Yo, por una cuestión familiar (tengo un hijo chiquito), hice muchos viajes. O sea, trataba de volver los fines de semana, pero el momento donde estaba ahí y estar todos en el hotel, ir a comer y poner la cabeza como concentrada en ese trabajo es distinto a filmar en Buenos Aires.

—Alejandro Awada: Lo pasamos muy bien, salir de Buenos Aires es muy bueno.

—¿Cómo es trabajar con tu mamá? ¿Qué experiencias tomaste de este trabajo en particular?

—MS: Es muy hermoso, pero sobre todo porque nosotros elegimos cuando trabajar. Pienso que la gente tiene la idea de que yo trabajo mucho más con mi mamá de lo que realmente trabajamos. Hacía 10 años que no lo hacía. Hicimos Guapas. Apenas tuve a León y después, creo, que no hicimos más nada. Pero en el imaginario se piensa que hacemos más cosas juntas y no, elegimos mucho qué hacer, elegimos de lo que tenemos ganas y qué proyectos sí. Es más placentero todavía. Cada tanto decimos, bueno, esto nos copa y nos tocó el año pasado dos pelis, pero absolutamente casualmente. Y también pasaba eso de que el personaje de mi madre estaba todo el tiempo en escena, no había mucho madre e hija. Entonces era como ir a trabajar con ella, después me volví a mi casa y fue lindo.

—¿Cómo fue sumarte al proyecto? Contame un poco el detrás de escena, del armado de este personaje tan rígido y especial, ¿cómo se dio el hecho de construirlo?

—AA: De alguna manera tengo la sospecha que Mercedes dijo hablen con Awada, me parece que fue así. Digamos que a ese señor yo lo conozco. A lo largo del tiempo me fui limpiando, me fui ablandando, y esa cosa tensa, rígida, formal, correcta, la conozco. Escuchando a Santiago y con la compañera que tuve fue muy sencillo entrar y que se vea el personaje, eso me gusta, me gusta mucho y ese tipo es un personaje, no soy yo.

—Leyeron el guion, vos seguramente ya sabías del proyecto, pero, ¿Cómo fue entrar en el universo de Norma?

—MS: Bueno, obviamente, que si yo sabía de la génesis hace muchos años ya, porque se venía escribiendo hace mucho tiempo esta peli, así que todo el tiempo sabía de sus cambios, de sus idas y vueltas, a quién se llamaba, a quién no, los cambios de guion. Todos íbamos creciendo también con la película. Son todos personajes muy entrañables en el sentido de siempre, cuando actúas, no tenés nunca que criticar tu personaje ni tener ningún tipo de prejuicio, pero en este caso los vínculos y las relaciones estaban escritos de una manera muy amorosa, como muy natural, eran como lindos de ver. Para mí es una película muy de vínculos, y, por lo tanto, todos los vínculos siempre son interesantes de observar, y meterse en esos vínculos fue como muy simple. No sé, como natural. Las escenas las ensayamos, pero lo que fluía todo el tiempo se fue dando también, supongo que por las personas que somos fuimos entrando como amorosamente.

—AA: En mi caso, entrar en el universo de la película fue sencillo porque tanto Santiago como Mercedes sabían perfectamente lo que tenían. Entonces me tuve que acomodar a eso. Y no, no me costó, si me lo tenía que sacar todos los días de encima a este señor, pero no me costaba. Fue fácil entrar, fue fácil ensayar, naturalmente.

Los personajes y los tiempos contemporáneos

—¿Cómo fue conectarse también con saber que es una película que viene escribiendo hace mucho, pero que habla del ahora? ¿Cómo se trabajan estas aristas a la hora de ponerse en la piel de los personajes?

—Mercedes Scapola: Los personajes tienen como pequeñas transgresiones. Todos los personajes tienen algún cambio en la película y eso también me parece que habla de una buena escritura. Empiezan de una manera y terminan de otra, eso también fue interesante de abordar. Más allá de que sea un universo muy femenino, hay un montón de mujeres en la película, creo que todos los hombres, las mujeres de esta película hacen pequeños cambios y terminan de una manera distinta a la que empiezan.

Los lazos por fuera del set

—¿Cómo es Mercedes como compañera de trabajo? ¿Qué es lo que destacan?

—Alejandro Awada: Es maravillosa, ella abre el juego permanentemente y es una actriz que admiro mucho, mucho. Entonces se me mezclaba la cosa de compañeros y observador, ella me lo hizo muy sencillo, me lo hizo muy fácil porque ella trabaja fácil, aunque haga Antigona.

—¿Y en tu caso Mercedes compañera, más allá de Mercedes mamá?

—Mercedes Scapola: Supongo que es distinto a cómo está con los demás porque hay una relación, hay un vínculo, hay una confianza que es distinta. Pero sí, siempre está muy abierta a lo que vos le das como actriz o como actor, y es raro que te diga esto porque no siempre te dejan probar, y en nuestro caso estaba bastante entendido el vínculo de esta hija con esta madre, había muchas cosas familiares. Hubo mucha confianza, mucho conocimiento del otro, y haciendo de madre e hija hay algo que estaba, por más de que sean otros personajes.

—Alejandro Awada: Realmente tienen un vínculo maravilloso trabajando, no parecen madre e hija, son dos actrices trabajando.

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