entrevista exclusiva
Natalia Oreiro y Fernán Mirás estrenan Casi muerta
Este jueves llega a los cines de todo el país la comedia que vuelve a juntar a dos talentosos de la pantalla, esta vez cada uno con roles diferentes.
Casi muerta, de Fernán Mirás, tiene a Natalia Oreiro en el rol central. La película explora los días de María, una mujer que recibe una noticia sobre su salud que le cambiará la vida por completo. Diario Hoy dialogó en exclusiva a días del estreno con la dupla sobre la propuesta, de la que participan también Diego Velázquez, Paola Barrientos, Violeta Urtizberea, Alberto Ajaka y Ariel Staltari.
—Contame un poco, ¿cómo fue componer el personaje y cómo es Fernán como director?
—Natalia Oreiro: Para mí, la película es un peliculón. Es para morirse de la risa, pero es obra del señor, que es un gran director y que yo realmente anhelaba ser dirigida por él. Estábamos haciendo Re loca y compartíamos el elenco y yo había visto su ópera prima que había salido en el mismo tiempo, El peso de la ley, que es un gran director, y dije: “Yo quiero trabajar con él, quiero que él me dirija”, porque además está la particularidad de que él es actor y eso es genial, porque te puede contener, trasladarte los sentimientos desde la mirada del director, pero también desde la búsqueda del actor, que no siempre coinciden. Y le dije: “Por favor, en tu próxima película me tenés que dar un personaje”. Y así fue.
De las mejores cosas que tiene esta película, que es una gran película, es el director. Es el que generó también toda esa mística, ese humor. Él tiene ese humor. La peli tiene el humor negro que tiene Fernán. Yo a priori tengo mucho humor, tengo mucho humor ácido, pero no tengo ese humor negro como para reírme de ciertos temas que parecen trascendentales, uno siempre le pone como el peso de lo dramático y te das cuenta de que nada es tan dramático, que es parte de la vida, que va a suceder, que la sorpresa también de que le pase a alguien joven es algo que uno no sabe cómo manejar. Pero en el caso de ella, al principio la paraliza y después dice: “Ok, si me voy a morir, voy a hacer que todo fluya”.
A mí como actriz, digamos, no me costó en el sentido de que me entregué a él al 100%, de repente una misma escena que yo pensaba de una forma él me decía: “Hacemos esa forma que vos querés, pero hagamos estas otras opciones”. “Nada que ver”, yo decía, y jugábamos en escenas que yo no pensaba que me daba la libertad para hacer lo que yo quería, y yo tenía mucha confianza en él como director para hacer lo que él me pedía. Y ahí era un mix, porque después la peli era medio un mix de cosas que surgían en el momento también.
—¿Cómo es Natalia como actriz?
—Fernán Mirás: Con Natalia había trabajado una vez hace mucho y cuando estaba haciendo Re loca incluso recuerdo que yo empecé a pensar y en ella actuando y como que me distraía y después la historia es que Natalia puede hacerte en la primera toma escenas muy difíciles, sobre todo las más difíciles de la película, donde requería un cambio de humor de la risa al llanto y subir y bajar, y muy emocionales. Nada, esas que más hablaste en los ensayos porque son difíciles, recuerdo que son tres o cuatro así, y la primera vez que lo vi me acordé de que había visto eso antes y dije: “En una toma hizo esto”, y seguía haciendo tomas, probando cosas, y después cuando llego a la isla de edición le digo al editor: “Hay cuatro o seis tomas de esta escena, ¿cuál te gusta más?”. “La primera”, me dice, porque había algo que pasaba y que era muy difícil entonces para mí en principio cuando estábamos escribiendo el guion, y después me empecé a acordar de eso y a pensar, me empezó a entusiasmar mucho pensar en trabajar con ella, porque además nos habíamos reído mucho.
—NO: La pasamos muy bien juntos. Sí, él es un gran compañero.
—FM: Es una persona que quiero mucho.
—Eso se ve en la película. Y se ve el trabajo, los actores y demás...
—NO: Es un grupo pequeño, ¿viste? Y es muy unido.
—FM: Y además, sí, es un elencazo que permitía buscar un montón de cosas porque la película es una comedia y te tenés que reír todo el tiempo para que puedas digamos sostener ese humor, pero a la vez es una película que permitía entrar a ciertos lugares. Hay algo que es la escena en que se ven por primera vez Diego y ella en el hospital que es una escena bellísima que solo dos actores geniales pueden hacerla con el sentido del humor que tiene el personaje de ella que le dan un día de vida primero le dicen que se va a morir esa noche y después sobrevive un mes después del encuentro y que se confiesan que se amaban de chicos. Y creo que tiene que ver con que yo les propongo, lo que me gustaría que hicieran conmigo como actor, que a veces es che qué se te ocurre hacer, qué tenés ganas de hacer, qué te parece y sigamos viste veamos qué más podemos hacer y descubrir juntos de esa escena; y además tenerle mucha confianza a los actores, porque a veces se genera cierta desconfianza e incluso con actores que conozco hace mucho, que he visto trabajando al lado mío como compañeros, o a veces cuando no los conozco, nada. Es la zona que yo conozco hace más años, entonces es muy interesante para mí trabajar con los actores, es divertido, a ver qué encontramos. Y no dejo de sorprenderme cuando hacen algo que yo digo, no sé cómo lo hacen. Yo se supone que tengo que saber cómo lo hacen y no deja de sorprenderte cuando estás hay un momento en que estás mirando el monitor y todo el equipo hace mirando algo como así y veo los cuerpos que hacen así y Dios mío algo pasó ahí que el ser humano reconoce como propio.
—NO: Yo le pedía mucho que me actuara esta escena. Había una escena y le decía, bueno, vos ¿cómo la harías? No sé si te acordás de eso. ¿Y vos cómo lo harías? ¿Cómo lo resolverías? Y eso está buenísimo, porque tener un director que te actúa es genial. Después por ahí vamos por otro lado, y algo que también charlábamos mucho en la previa era intentar divertirnos, pasarla bien, pero intentar cosas fuera de lo común, digamos. Sabemos que esto funciona, corrámonos de lo efectivo, vayamos a algo diferente, que a mí me ayuda porque yo soy más de la comedia, si bien todo lo último que vengo haciendo es más drama, mi personalidad tiene que ver más con la comedia y que me saquen de mi personalidad y me ayudó muchísimo porque justamente lo que no quiero es reconocerme en el personaje cuando yo la veo a María y veo la película no me veo a mí, yo nunca hubiera reaccionado seguramente como reaccionó María en la mayoría de las situaciones.
—FM: Era muy interesante que el personaje de ella era muy imprevisible y que hablando yo sentía que podía hacer cualquier cosa en cualquier momento porque es una persona que está en una montaña rusa que es muy difícil de imaginar en ese estado qué harías, qué te pasa. Entonces muchas cosas eran, no sabían los demás que iba a hacer ella y yo les decía oh, que en un momento dijimos, apoyate en la pared y dormí si querés, no sé, podía hacer cualquier cosa.
¿Con un mes de vida qué harían?
—Si les dan la noticia de que tienen un mes de vida, como la protagonista, ¿qué harían?
—Natalia Oreiro: Congelarme como Walt Disney.
—Fernán Mirás: No, porque es un día de mucho calor.
—NO: No puedo pensarlo. No puedo pensarlo.
—FM: Pues podés.
—NO: No puedo.
—FM: Para mí es muy poco tiempo para hacer un no mucho. Cuando escribíamos el guion, creo que le pregunté a un promedio de 800 personas, ¿qué harían? Dijeron de las cosas más absurdas. Muchos querían pasarlo con amigos, eso era como el común denominador, me parecía que, digamos, lo más noble que se les ocurría era “haría un asado”, “haría una comida”, “me llevaría una isla a mis amigos”, y después escuché las cosas más absurdas algunas quedaron en la película, porque sobre todo el personaje de Paola y a Staltari que son los dos amigos que hacen las cosas más absurdas frente a la muerte porque a ellos les afecta el pronóstico de su amiga de que en un mes se puede morir y empiezan a hacer todas las cosas que ellos consideran pendientes para ellos. No sé qué haría yo, me parece poco tiempo. En parte la decisión de que fuera solo un mes con Rodrigo Vila y Beatriz Carvajales, porque si tenés seis meses, es una resistencia, es un mes y el tiempo se decidió en función de que generaba mucha impotencia.
Bueno, que es un poco lo que vemos en la película, ¿no? La sorpresa y, en determinado momento, tu personaje, como que empieza a dejar que fluyan las cosas naturalmente.