ENTREVISTA EXCLUSIVA

“No hacemos cumbia del recuerdo, tenemos vigencia por las buenas letras y la música”

Así lo aseguró Javier “Javito” Torres, uno de los referentes de la movida tropical de la Argentina y líder del Grupo Red. En diálogo con este medio, el artista habló de sus inicios y también dio su visión sobre la cumbia villera y los ritmos de moda

Una simple búsqueda en YouTube  arroja resultados siderales, que cualquier artista envidiaría inmediatamente. Grupo Red es sinónimo de fiesta y baile, y las casi cinco millones de reproducciones de No podré olvidarme de ti, o las 3 millones de Amor adolescente son un claro reflejo de la vigencia de la banda, que al menos una vez por noche suena en cada previa y en cada celebración en la que se reúnen varios amigos.

De eso está seguro el líder de la agrupación, Javier Torres, o simplemente “Javito”, quien se niega a que los cataloguen dentro de la cumbia retro. “No hacemos cumbia del recuerdo, tenemos vigencia por las buenas letras y la música que creamos”, aseguró el cantante dueño de la inconfundible frase: “Y este es el color de tu corazón”.

Desde Mar de Ajó, donde se encuentra disfrutando de unas cortas vacaciones antes de comenzar la gira con la que estarán ocupados, al menos hasta el mes de mayo, Javito dialogó con diario Hoy. Además de referirse a sus comienzos en la música, reveló su visión sobre los géneros similares a la movida tropical, como lo son la cumbia villera y la cumbia pop, y dejó algunos consejos para los artistas que están dando sus primeros pasos en el ambiente.

—Empezaste de muy chico, ¿cómo fue tu iniciación en la música?

—Mi papá mandó a todos sus hijos a la escuela de música, y Chelo, mi hermano, armó Grupo Green. Por ese entonces, no entraban menores a la bailanta, pero yo me escondí una vez en un bombo y por supuesto que cuando me encontraron se asustaron mucho. Dio la casualidad de que el baterista había faltado, y yo escuchaba los ensayos. Así empecé y estuve hasta los 18 años que fue cuando Chelo fundó Grupo Red. Ahí se generó algo inexplicable, la verdad que ni yo me lo esperaba: la gente se aprendió los temas y fuimos furor. Hoy en día siguen escuchándonos y es como si recién hubiéramos salido, porque la gente nos mantiene en su corazón.

—¿Cómo se llevaron con esa fama?

—Antes era diferente, era otra cosa, no te dejaban salir de tu casa. En la música de hoy no hay tanta euforia. En esa época no se podía ni salir a la calle por el fanatismo. La verdad es que no se podía vivir, estábamos encerrados esperando los shows y tocábamos de lunes a lunes.

—Hacían muchísimos shows…

—Hacíamos 32 shows por semana y estábamos siempre al borde la muerte, porque era muy arriesgado pero cumplíamos con todo. Ahora cambiaron los horarios, se impuso mucho la previa y no te dan los tiempos para tanto show.

—¿Creés que por eso ahora las bandas son más efímeras?

—Hoy en día los grupos clásicos como nosotros necesitan uno o dos materiales por año para estar bien, la gente necesita escuchar siempre algo nuevo. Hoy no hay una banda que te rompa la cabeza. Está muy bien Ulises Bueno y hay que felicitarlo. Hasta hace poco se escuchaba a los chicos de Marama y Rombai pero el fenómeno Ulises Bueno los tapó a todos. Antes estaban los grupos villeros, a los que tal vez por ignorancia, escucho todos iguales, de los que obviamente se mantiene Pablito Lescano. Se apagó un poco con Nene Malo y los Wachiturros, que generaron un fenómeno cumbiero electrónico, que después se vio opacado con Agapornis y a ellos les pasó lo mismo con Marama y Rombai. Estas dos bandas me gustaron, porque tienen música y buena letra. Pero ahora no hay otro que supere a Ulises. 

Hoy hay variedad de canales que difunden el género tropical, entonces tenemos más puertas abiertas. Antes si no ibas a Canal 2 no te tenían en cuenta. Hoy en día están por ejemplo Combate y Morfi, y un montón de bandas van a esos programas, lo que nos sirve a todos.

—Una de las cosas que más recuerda la gente son los pasitos de Grupo Red, ¿cómo creaban las coreografías?

—Cuando tocaba la batería, bailaba, y mi hermano me decía que era un tarado. Ellos eran mayores y no se movían mucho, yo hacía payadas y a la gente le gustaba ese show. Cuando mi hermano hizo el otro grupo, había muchos que bailaban como Commanche, pero yo quería hacerlo de otra manera. Miraba videos de los Backstreet Boys y Michael Jackson para hacer nuestros pasitos de baile.

—En estos años, ¿lograste hacer amigos en el circuito?

—Tengo un montón de amigos en el ambiente, gente piola sin doble cara ni doble discurso. Daniel Agostini y Ariel Puchetta grabaron conmigo para el nuevo material que voy a sacar ahora, Red forever. También va a estar el cantante de Amar Azul, Miguel Ángel, y Tony Ángel, de Potencia. Me di el lujo de llamar a estos fenómenos.

—¿Cuál sentís que fue el mejor show que hiciste?

—Lo recuerdo y se me pone la piel de gallina. Fue el de La guerra de los colores en el Gran Rex con mi hermano. Otro fue un recital antes del festival de Viña del Mar, en el que metimos solos, en la Quinta Vergara, quince mil personas, sin grupo soporte. Fue en 1999 si no me equivoco, está todo filmado. Hoy en día vamos a Chile cada tres meses, tenemos mucho laburo allá.

—¿Qué consejo le darías a los que recién empiezan?

—Que no bajen los brazos, pero que no se generen expectativas que por ahí no llegan nunca. En la Costa hay muchos chicos que se piensan que se suben al escenario y son los número 1, esto es un laburo bastante complejo, hay muchas cosas de fondo que por ahí la gente no sabe, un conjunto de personas. 

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