Ser urbano, las historias cotidianas contadas en primera persona

Bajo el hilo conductor inherente a Gastón Pauls, el show mostraba la realidad marginada, lejos de las luces propias de la gran ciudad .

Es descendiente de una familia de artistas pero su talento tiene sello propio. A mediados de los años 90, Gastón Pauls irrumpió en la pantalla chica con un protagónico en Montaña rusa que le valió la popularidad inmediata y la apertura a otras aristas como la producción y la conducción.

Curioso e inquieto, Pauls escapaba por las noches para filmar situaciones cotidianas desde su óptica y así se consolidó con un vasto material de 50 horas. Sin saberlo, por ese tiempo, fue convocado para conducir Ser urbano, un contenido que visibilizaba las historias ocultas de las calles.

Inmerso en este proyecto, el actor recorrió las cruentas verdades de múltiples personajes que, de alguna manera, eran ignorados por una sociedad egoísta.

Bajo la mirada atenta del realizador, Fabián Polosecki, Gastón se adentraba en las aventuras que narraban las vicisitudes del trabajo ambulanciero en alguna noche, el recorrido una joven trans desde el trabajo hasta el hogar ni bien salía el sol o las situaciones que atravesaban las familias que vivían en situación de calle.

Si bien la entrega tenía otros proyectos como precedentes, el contenido y la fotografía indicaron una manera de producir contenidos con una mirada respetuosa hacia el otro. Es más, ningún testimonio registraba de forma audiovisual sin la autorización de la persona.

En este marco, el proyecto era emitido por Telefe que, por aquel entonces mantenía una programación más bien familiar. De esta manera, los ejecutivos realizaron una jugada audaz al agregar un show innovador y diferente.

Tras dos temporadas, Ser urbano llegó a su fin mientras que el conductor se entregó a trabajar en películas y unitarios.

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