Te esperaré, una película para repensar los vínculos familiares

Con los protagónicos de Darío Grandinetti y su hijo Juan, el filme se estrenará el próximo jueves. En diálogo con este medio, el director y los actores del elenco dieron detalles sobre el rodaje del thriller

Juan es mucho mejor actor que Darío, siempre se los digo”, asegura Alberto Lecchi, convencido de que la química entre Juan y Darío Grandinetti le puede aportar un plus a su nueva película. El director, que trabajó en varias oportunidades con el mayor de los dos, explica que si bien la trama de su proyecto tiene características que podrían encasillarla dentro del género del thriller, “sería algo mentiroso llamarlo así, porque mi idea era centrarme en el vínculo”.

Con participación española en la producción y el reparto, el filme cuenta la historia de un reconocido escritor español que, investigando la historia de un hombre, desembarca en la Argentina. Allí, se encuentra con Ariel (Darío Grandinetti), el hijo de la persona que está estudiando, que es arquitecto y esconde un secreto sobre su padre. En este sentido, Grandinetti expresó: “Me gusta que antes del hecho histórico haya un conflicto personal que atraviesa y que preocupa mucho a mi personaje”. 

En diálogo con este medio, el director, los protagonistas y parte del elenco, que completan Inés Estévez, Jorge Marrale y Hugo Arana, y los españoles Juan Echanove y Blanca Jara, conversaron con este medio sobre su trabajo en el filme, que el próximo jueves llegará a las salas del país. 

—Es la quinta vez que trabajan juntos, ¿cómo se llevan en el set?

—Alberto Lecchi: Trabajé con todos los actores que están en la película, menos con Jorge Marrale. Siempre me resultó muy cómodo llevar a cabo un proyecto con las mismas personas. Rodar con Darío es una cosa muy simple, lo miro y ya me entiende, sabe que tenemos que repetir la escena otra vez, entre otras cosas. Nos conocemos hasta en los gestos, lo cual me divierte y me gusta.  

—Darío Grandinetti: Cualquier cosa que diga sobre Lecchi es una redundancia, esto solo ya habla de cómo es nuestra relación. Me llamó un día, tenía un proyecto y enseguida supe que íbamos a hacer otra película. Días después me mandó el guion. Me encantaron la propuesta, la gente del elenco, el productor y el director, entonces había muchas cosas a favor.

—¿Cómo fue la construcción de los personajes?

—Hugo Arana: En este filme interpreto a un militar retirado, genocida, que está esperando un juicio. Aunque mi personaje es episódico, no deja de ser muy fuerte porque es el disparador de toda la clave policial que tiene la película. Sin embargo, muchas veces es muy difícil decir desde dónde uno se inspira para lograr un personaje, pero seguramente se mueven varias cosas inconscientes, o que estaban ahí guardadas.

—Jorge Marrale: Néstor, el cura que interpreto, tiene una idea de lo que es la Iglesia, pero a la vez duda. Me gustó mucho el cuestionamiento que se hace, como diciendo Espero que todo eso que se dice de Dios sea cierto porque si no estoy sonado. Es un hombre medio misterioso, fue cortito pero lindo.

—Juan Grandinetti: Desde el principio, ni bien tuve el guion, supe que era un personaje claro, conciso, identificado con la búsqueda de sus abuelos, de reconstruir el pasado de ellos. Tiene sus convicciones bien firmes, movidas esencialmente por el objetivo de reconstruir el camino y la vida de sus abuelos. A medida que investiga, reconoce algunas actitudes, sobre todo las revolucionarias, que tienen en común. 

—Trasladaron la relación de padre e hijo a la ficción, ¿de qué manera se dio el vínculo entre ustedes dentro del rodaje? 

—J.G.:Fue muy bueno porque ya habíamos trabajado en teatro. La verdad es que mi papá siempre fue muy respetuoso en ese sentido, se posiciona en el rol de compañero y no en el de padre. Eso me facilitó mucho el trabajo y me hizo disfrutar, junto con él, del rodaje. Es una experiencia muy linda y ojalá se repita dentro de poco. 

—D.G.: Cuando trabajo junto con  cualquiera de mis tres hijos, Juan, Laura o Jimena, no me sale el rol de papá, creo que es porque los veo bien, me gusta lo que hacen. Ellos están más preparados que yo a su edad, tienen herramientas. Trabajar junto con ellos es bárbaro. Los escucho y apoyo, ya saben cómo es mi forma de pensar, toman el oficio con seriedad y desmitifican que la profesión sea para develar grandes verdades o contarle a la gente de qué se trata la vida. Me gusta que hayan elegido un trabajo creativo y que pongan la imaginación al servicio de ello.

—Juan, protagonizaste Pinamar, Bruja y ahora estás en Te esperaré, ¿te estás volcando a hacer más cine? 

—Fueron procesos diferentes, pero se dio la casualidad de que las películas se estrenaron una detrás de otra. Estoy muy contento, descubriendo también un poco el cine, porque siempre hice teatro. Estoy en un proceso de aprendizaje, con mucha felicidad. Estar sobre las tablas me encanta porque, quizá, es lo que tengo más a mano y en lo que más experiencia cuento.

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