Entrevista exclusiva

“Trabajar con amigos es una experiencia muy gratificante”

En diálogo con este multimedio, el artista y compositor reflexionó sobre la obra que realizó junto a Lali Espósito de forma reciente.

Formado como compositor, cantante y coreógrafo, Martín D’Agosto decidió identificarse como Galán y hoy triunfa con brillo propio. En diálogo con este multimedio, el artista recorrió la trayectoria construida dentro del pop. Además, vaticinó los detalles de las creaciones realizadas junto a Lali Espósito y Candelaria Tinelli.

—¿Cómo describirías tu obra?

—Estoy muy influenciado por el pop de mi generación, por el house, la electrónica, y también con el ala del rock nacional más cancionera. Mi viejo tenía discos de Madonna, (Gustavo) Cerati, Fito (Páez), Sui Generis, muchísimo jazz. Mi abuela paterna era más del tango y folklore, Cafrune se escuchó muchísimo en mi casa en los desayunos y por la siesta. Mamá escuchaba la radio y los romances de Luismi, Cristian

Castro. Toda esa bajada tan distinta siento que me nutrió muchísimo. Mis artistas favoritos de chico eran Britney (Spears), Cerati, Las Spice Girls, Luis Fonsi, Juana La Loca, Los Látigos, lo nacional influenciado por los sintetizadores. Las letras de Virus también cambiaron mi vida, un chabón como Federico Moura que escribía poesía tan bella y tan certera, que hablaba sobre lo que no hablaban y encima lo describía de una manera exquisita.

—¿De qué manera surge la coproducción que realizaste junto a Lali Espósito?

—Me convocó Mauro de Tommaso para este proyecto, un productor amigo con el que conecto mucho, trabajé canciones de mi primer disco y en varios los s últimos temas lanzados. Hicimos algunas canciones con Dano Díaz mientras estaba en Buenos Aires y luego nos quedamos trabajando los 3 por las noches en el estudio. Fue y es una experiencia muy gratificante trabajar con amigos, divertirse y crear música desde esa energía, capaz no pensando tanto en seguir en cierto punto tendencias actuales, que banco mil, pero no era lo que buscábamos. Creo que salió mucha magia de esos encuentros y estoy contento de que se empiece a ver un poco de esta etapa. Lo particular fue que durante este proceso estábamos todos trabajando de día, así que nos juntábamos después del laburo, como viniéramos de cansados, a hacer canciones hasta la madrugada. Fue una experiencia interesante porque siento que de ahí también salió mucha verdad, de nuestro cansancio pero de nuestras ganas de tirar magia, y desde la conexión que generamos los tres en ese espacio, de sinceramiento con el otro.

—¿Qué análisis realizás de la escena actual?

—Me encanta la escena actual, siento que hay mucho talento y que además se está produciendo a los artistas desde un marco completo. La Argentina en su totalidad tiene megaartistas con ideas increíbles. No te miento, personalmente me gustaría reconocer más diversidad en quienes reciben el apoyo de entes privados o de grandes discográficas. Creo que hay muchísimo talento y otras historias que no se ven reflejadas en la radio, o no tanto. Es necesario que haya espacio para eso, porque existe, necesita representación pública o las mismas oportunidades que otros artistas que tienen capaz un discurso más cercano a la norma, y no desde lo ético o moral, sino más cercano a un lenguaje heterosexual. Pienso que hace falta más pluralidad de voces, que a la larga también permita esas combinaciones mágicas que se arman cuando mucha gente viene de distintos lugares, de distintos momentos y distintas experiencias, que siento que es un poco lo que pasó entre nosotros tres cuando hacíamos las canciones.

—¿En qué otros proyectos estás inmerso?

—Continúo siempre produciendo mi música con Galán, mi proyecto musical, estar presente, tocar, escribir sobre lo que me pasa y plasmarlo en el escenario es algo que me da energía, me mantiene vivo, y entusiasmado, genera objetivos. En lo actual estoy trabajando con productores amigos para generar mi nuevo sonido, de a poco y con el objetivo de divertirme. Además, estoy actualmente en un espectáculo queer y drag, del tipo revista, llamado Dragapaliza. Me pone muy contento estar trabajando con artistas que admiro como Vedette, La Kuma, Fifi Tango, de quienes aprendo mucho de escenario, y que me han enseñado desinteresadamente a elevar mis propuestas de show. Con el Draga tenemos el 27 de febrero un show en el Anfiteatro del Parque Centenario que va a estar muy bueno. Ya dimos 3 funciones en el Teatro Margarita Xirgu el año pasado y un evento en la carroza de Brahma durante la Marcha del Orgullo. Esta vez y con nuevo cast de talentos que se suman, vamos a dar una tremenda función mulltitudinaria en el Anfi, estamos con ganas de bailar, con sed de escenario y con la energía para darle despegue a esta nave tan hermosa y tan diversa. Recomiendo no perderse este show, no porque sea parte, o sí, también, pero porque es un claro ejemplo de la diversidad de talentos y encares que hay en nuestra cultura queer.

—¿Qué cábalas tenés antes de salir a escena?

—No tengo cábalas, siempre un poco de nervios me agarran antes de salir, lo tomo como algo normal, pero creo que es mejor tener una idea de para dónde va a ir tu performance, cómo vas a contar la canción, dónde te vas a mover, dónde vas a dejar espacio a que también la gente pueda leer lo que está pasando para poder entablar una comunicación con quien este del otro lado. Así no necesitas cábalas, ya sabés lo que vas a ir a hacer y eso te da la comodidad de manejarte como pez, de improvisar cuando es necesario y de entender lo que mejor funciona para hacer llegar tu mensaje al otro.

—También estuviste con Candelaria Tinelli en una producción. ¿Cuál fue el balance?

—Escribí Haters en mi casa, leyendo anotaciones que ella nos mandó donde contaba un poco cómo se sentía, y de dónde venía eso. Mauro, como siempre, produjo con la inteligencia pop que siento que lo caracteriza. Me acuerdo muy bien que mientras leía lo que había escrito ella en sus anotaciones, lo primero que me salió de la letra es la parte que dice: “Todos necesitan algo de afecto”. Tengas lo que tengas, nazcas con lo que nazcas, en definitiva siempre buscamos el afecto y la aceptación de otros, algunos como validación, otros por necesidad, otros simplemente porque consideran que es natural permitir recibir amor y también es justo pedirlo. Es tan importante expresarlo, aprovechar esa oportunidad, no dejar pasar las palabras cuando tienen más significado. A veces escribo notas en mi celular, y en ese momento tienen un significado inmenso, luego las leo en días y a veces hasta no entiendo a qué me refería, o no me parece tan interesante.

Por eso, considero importante tratar de desglosar un poco esas palabras para agarrar la magia y la intención original en el momento. A veces se te van y no vuelven, esta bueno atar esas ideas cuando llegan. Si bien yo ya venía escribiendo canciones que no eran para mí, Haters fue la primera que vi plasmada en la radio y que tuvo una propuesta audiovisual, algo que me fascina del pop, que la canción después de existir tenga otros significados, desde lo audiovisual, desde la puesta en vivo. Disfruté mucho ver cómo se daba esa canción y cómo la expresaba Lelé.

—¿Qué fortalezas y debilidades encontraste en este camino?

—Cambiar de escribir canciones en soledad a hacerlo con otros o para otros definitivamente fue una prueba a mi ego, y a mi seguridad. Tuve que aprender a entender cuál es mi valor, y que en mi manera de escribir y de sentir está lo más importante, y que no todos pueden entenderla y que tampoco necesito ser interpretado como yo deseo por todos, sino que tengo que crear algo que sea representativo e interpretativo de la persona que lo está cantando, que vaya con sus ganas y que además le proponga algo que no puede darle otro. Simplemente entender que cada uno tiene algo que aportar desde su lugar. Me saque un poco la presión de ser el responsable de una canción porque termina siendo un trabajo en conjunto, y con esa presión libre la empecé a pasar espectacular en el estudio, y empecé a ser más yo mismo. Eso último, creo, fue lo que me permitió rendir mejor y permitir que las personas con las que trabajo puedan conocerme más. Ahora mi tiempo en el estudio es de disfrute total, me volví a enamorar de lo que me gusta hacer y sin tanto miedo, pero me la compliqué mucho por mucho tiempo, por eso siempre trato de compartir las lecciones que aprendí con otros colegas.

“Flashear la nuestra fue el objetivo”

—¿Cuáles son las características de la canción en relación a la melodía y a la letra?

—Hasta ahora hubo tres entregas de lo que veníamos laburando: Disciplina, Diva y Como tú. En Disciplina jugamos con la idea de disciplinar como práctica de BDSM, pero también lo empatamos con la idea certera de que para conseguir lo que querés, tenés que trabajar, y tener constancia y pedir más de tus maestros. Recuerdo que cuando la terminamos de cerrar en tema letra me quedé muy contento con poder meter esa data y que encima sea una megacanción pop. Con Diva, Lali trajo la idea al estudio de reírse un poco de ese preconcepto de vida de famosos que pueden llegar a tener algunas personas de ella. Esa fue la última que trabajamos antes de que Dano se vuelva a España. Ya solos Mauro, Lali y yo, la primera que salió fue Como tú, la hicimos en una noche. Escribir canciones que nos fascinen y flashear la nuestra siempre fue el objetivo, y con Como tú siento que entramos full en ese terreno. Los tres estamos muy orgullosos de la canción pop que hicimos, y Lali llevó tanto a esta como a las anteriores a un mundo visual increíble.

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