Una obra que invita a pensar la violencia escolar

La pieza teatral El pequeño poni, inspirada en hechos reales, llegará a la ciudad con la idea de interpelar sobre esta recurrente problemática. En diálogo con este medio la protagonista, Melina Petriella, y el director, Nelson Vicente, hablaron de esta compleja puesta en escena 

Durante un tiempo prolongado, Melina Petriella  estuvo peleada con el oficio de actriz, hasta que aprendió a rechazar aquellas propuestas televisivas que quizás podrían aportarle seguridad económica pero no la dejarían satisfecha humana y profesionalmente. De a poco, la intérprete fue acercándose otra vez a las tablas y aceptó trabajar en piezas teatrales como El tenor  y Toc toc. 

A principios de este año, recibió un libreto dramático de Paco Bezerra, lo leyó y, sin dudar, aceptó la propuesta. En dicha puesta en escena compartiría cartel con Alejandro Awada, bajo la dirección de Nelson Vicente y la producción general de Sebastián Blutrach. La obra, llamada El pequeño poni, nombre que fue elegido para diferenciarse de la serie animada Mi pequeño pony, está inspirada en hechos reales. Los mismos ocurrieron en Estados Unidos tres años atrás, cuando un niño sufrió agresiones verbales y físicas en su escuela. 

Además de la violenta situación, las autoridades escolares prohibieron su entrada a la institución por llevar una mochila con una estampa de los personajes que protagonizaban la ficción infantil con caballos, porque consideraron que la ilustración fue el detonante del acoso. Lejos de solucionar el problema, esta decisión tuvo graves consecuencias. Agobiado por el bullying constante, el menor intentó suicidarse. 

En la obra, que invita al público a reflexionar sobre esta problemática recurrente en los establecimientos educativos, Melina interpreta a Irene, la madre del niño agredido por sus compañeros. “En nuestra época existían estos tipos de maltratos, pero no se los llamaba bullying”, aseguró Petriella en una charla íntima con diario Hoy. Para ella, el nombre le da una visibilidad a los abusos que muchos chicos sufren diariamente. “Me parece interesante que se hable del bullying a través del teatro y que, por medio del hecho artístico, interpelemos a la gente”, agregó.

Por eso, cuando Nelson Vicente fue consultado por este medio sobre el mecanismo elegido para llevar a cabo una puesta en escena tan fuerte, afirmó que su misión era lograr que los actores trataran de “ahorrar el desborde de emoción que produce este caso real en el que se basó el guion”. En este sentido, Melina agregó: “Leí el libreto, me conmoví, lloré y empezamos con los ensayos”.

Para Petriella, las sensaciones que el libro genera también demandan una mayor exigencia en la construcción de los roles. “Trabajamos a los personajes desde lo emocional y todo fue muy natural. Aprendí a quererla (a Irene, su papel), es una mujer sumisa que no entiende a su hijo. Es temerosa, rebelde y trata de pasar desapercibida”, remarcó la intérprete. 

“Por suerte, se crearon vínculos entre los actores y se relacionaron sobre el escenario para que el espectáculo pase por el cuero de ellos y pueda llegar al de los espectadores”, aseguró el director.

El próximo viernes, El pequeño poni se presentará a las 21.30 en el Teatro Coliseo Podestá, en calle 10 entre 46 y 47.

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