entrevista

Verónica Llinás, Esteban Lamothe y Héctor Díaz llegan al teatro

El trío acaba de estrenar una “tragicomedia” en la que se lucen y reflexionan sobre varios temas, pero, principalmente, hacen reír.

Todos los viernes, sábados y domingos, en el teatro Astral (CABA) se presenta Antígona en el baño, protagonizada por Verónica Llinás, Esteban Lamothe y Héctor Díaz, dirigida por Llinás y Laura Paredes, escrita por Facundo Zilberberg y adaptada por Llinás. Hablamos con el trío de actores para conocer más detalles de esta comedia que transcurre en un baño.

—Cuéntenme cada uno de la obra, de su personaje, ¿qué es lo que más les gustó del proyecto?

—Esteban Lamothe: A mí, primero que nada, trabajar con Vero y con Héctor, que son dos actores que me encantan. Con Vero había hecho Educando a Nina, aunque los personajes no se cruzaban tanto, y con Héctor en El estudiante.

La obra me parecía que tenía un potencial que terminó potenciándose entre todos, y la versión de Facundo y de Vero, con participación de Laura y Mariano también, me gustaba, el humor, hacer humor con ellos dos, ya había hecho una obra en la calle Corrientes, y me gustaba volver, me parece que el rol de hacer reír a la gente con algo que te gusta, me interesa.

—Verónica Llinás: A mí la obra me enamoró desde la primera vez que la vi, era una obra con la que sentí mucha pertenencia; de hecho, después, al tiempo, el autor me confesó que mientras la escribía pensaba en mí.

—¿Es bueno o malo?

—VL: No sé, nunca lo pensé como malo, creo que tiene cosas mías y me interesó muchísimo la idea regente, me pareció extraordinaria, me interesó mucho el homenaje, me parece un desafío, una obra que era muy buena pero tal vez más hacia el teatro off, tuve la intuición que se podía hacer más comercial y era un desafío y por eso agradezco muchísimo la oportunidad que me dieron para hacerlo.

Me pareció muy rica, muy diferente a todas las comedias. Por empezar, ocurre en un baño, me interesaron mucho los personajes y me cerraba por todos lados. También me cerró el hecho de que yo en general estoy medio caprichosita con el teatro. Vengo de Carcajada salvaje, donde éramos solamente dos, de Dos locas de remate, también dos. Vengo teniendo mucha responsabilidad. Entonces, acá, que éramos tres, con partes en las que no estoy, empecé a leerla enseguida. Cuando la leí empecé a tener ideas que me significan un desafío importante. Estoy feliz de haber elegido los actores que elegí, la compañera de codirección y la asistente que también es Sabrina Arias, que realmente es excelente. Así que hay algo de este proyecto que ojalá funcione porque la verdad que es como medio soñado.

—Héctor Díaz: El proyecto este tuvo como una primera instancia antes de la pandemia donde Vero me llamó y me convocó, y a mí eso ya me resultó un montón, porque antes de leer el material, que también me interesó, me dio muchas ganas de volver a trabajar con ella. Luego la pandemia lo pospuso, y después se armó este trío que me parece único, me parece que es una paleta de actores, que siendo un poco objetivo y desde afuera, me interesaría verlos cruzándose en un escenario. Y después todo el trabajo que vino con la obra, esto que había que hacerle como un tratamiento, de una adaptación, me ayudó mucho a enfocar más al personaje que me tocaba, que de por sí era muy particular y especial, un psicólogo con unos rasgos particulares y especiales y eso sentía que ya me daba gracia desde el inicio. Así que terminé de blanquear el gusto y la alegría que me daba el personaje que me toca hacer, bastante disruptivo que en algún sentido, viene a patear un poco el tablero sin saberlo. La inocencia y la inconsciencia que tiene es lo que más me gusta.

—VL: Y es este personaje el que de algún modo desata lo que tiene en la obra de tragedia, que tiene de cómico y de “tragi”.

—Bueno, la obra transcurre en el baño... ¿Cómo es el baño de cada uno?

—EL: El mío, por una cuestión que lo hice de nuevo, me gustan los colores, pero no andan bien en el baño, así que estoy lejos del baño que quiero. Tampoco estoy mucho tiempo, cago rápido, me siento, cago y me voy. Me quedó que en mi casa éramos muchos y no podía quedarme mucho tiempo en el baño, al contrario de la protagonista.

—VL: Mi baño... En realidad mis baños, porque en realidad tengo dos y tengo el problemita, porque en realidad de algún modo el baño simboliza la forma de ser de uno, tengo dos y no me decido por uno, porque en el grande me puse un termotanque y el boludo que me lo instaló me hizo una instalación que el agua tiene que ir hasta no sé dónde y volver, y es un termotanque solar, y desde que abro la cosa hasta que logra calentarse el agua en todo ese trayecto ya se enfría. No me puedo bañar ahí, pero a la vez no me resigno a que no me baño ahí y dejo mis cremas ahí, pero voy de un baño a otro todo el tiempo y no me decido cuál es el baño principal.

—HD: Tengo dos, uno totalmente de paso, un toilette, por si no se llega a subir la escalera, y el otro es sala de lectura, y desde que nació mi hija hay una nueva actividad con el baño de ella que se me instala ahí, va cobrando nuevas funciones en cuanto a esto.

Sobre trabajar con actores que además dirigen

—¿Qué tan importante es para ustedes trabajar con actores, como en este caso, que pueden estar de un lado y del otro en el escenario, actuando y dirigiendo? Tanto vos, Verónica, como Héctor han dirigido teatro, y Esteban ha dirigido cine...

—Verónica Llinás: Sí, es muy rico. Bueno, en este caso, digamos, para mí, a mí me sirvió muchísimo, me contuvo muchísimo el hecho de que, bueno, mis compañeros, en el caso de Héctor, es director también. Entonces, no solamente lo que son, sino también lo que saben, sino también la generosidad entonces es fundamental estar trabajando con él que es director y aunque Esteban no haya dirigido teatro pero también tiene una actitud de mucha generosidad con el total de la obra, viste que hay algunos actores que es como que se preocupan solo por sus jardincitos.

—Llego y me voy...

—VL: Claro, que lo mío esté bien, pero no sé si se involucran tanto con el general de la obra. Y eso no pasa en este proyecto, o sea, estamos los tres, como los cinco, porque con Laura Paredes y con Sabrina Arias, que es la asistente de dirección, que también es directora y también es dramaturga, entonces estamos como los cinco muy pendientes de no solamente cada uno su cosa, sino de que la obra funcione como totalidad.

—Héctor Díaz: Sí, eso vuelve, me parece, más rico siempre el territorio de trabajo porque uno, digamos, no está solo a expensas de tener que cumplir con la marca o con lo que fuera que se va, digamos, digitando desde la mirada de quien dirige, en este caso Vero y Laura, sino que se vuelve más participativo y más generoso el proceso en general para todos y más “alimentado”, digamos, por la mirada de cada uno. Entonces hay algo del volumen del material, porque hay que saber dar y hay que saber escuchar también, es muy importante en el caso de Vero y de Laura que están al frente y de Facundo que es el escritor de este material, ser también generosos a la hora de entregar un material persistente a la opinión de todos y dejar que eso de una manera leve como una masa y empiece a crecer.

Lo que pasa es que en este caso todos, de los dos lados, estuvimos a disposición para que se luzca un material, una obra que tenía, siento yo, mucha, mucha potencia y luego había que trabajar en el pulido, en el trabajo de ciertas cosas para que eso brille más y la opinión de todos fue escuchada, recibida y bienvenida. Además hacer reír es muy gratificante, yo no sé muy bien cómo pasó, pero me encontré haciendo comedia, así que, bueno, ojalá siga pasando y cuando estas risas se acallen, también será como el fin de un ciclo indicando que tengo que debo ir por otro camino.

La risa como respuesta a todo

—En estos tiempos tan complicados, ¿hacer reír es algo que les interesa?

—Esteban Lamothe: Sí, la risa siempre es necesaria. Más allá del momento, me parece ­fundamental estar en contacto con el humor en cualquier momento del país y es un ­compromiso regrande, porque estamos en una comedia ­explícita, es para que la gente se ría, entre otras cosas, pero sería muy hipócrita si te digo: “No, el que se ría, que se ría y el que no, no. No, quiero que se rían todos de los chistes que hemos trabajado tanto, tanto, tanto tiempo para que la gente se ría.

—Verónica Llinás: Y para mí sí es fundamental, yo siempre digo que es mi camino, porque en general yo me dediqué mucho más a la comedia que a otro tipo. Si bien me encanta hacer drama, y mi fantasía con ser actriz empezó por el drama, yo me ponía un mantón de manila de mi mamá que era negro, con unos pelos negros así, y me veía morir en el espejo y todo eso, pero pasó que siempre que yo subía a un escenario la gente se reía. Y era a pesar mío, yo creo que inconscien–temente creo que la risa es lo que te asegura que la gente te quiere.

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