Entrevista Exclusiva
Virginia Da Cunha: “Volví a ser esa niña que se había perdido en la ciudad”
La cantante volvió a sus raíces y exploró nuevas aventuras en Mendoza. Ahora presenta su nuevo proyecto y relata su objetivo como conductora televisiva.
Formada como comunicadora, actriz y música, Virginia Da Cunha es una cantante reconocida que supo integrar la reconocida banda pop Bandana que ahora tendrá un documental que mostrará el éxito pero también el lado B de la trayectoria construida.
Durante una entrevista con este multimedio, la artista reflexionó sobre sus nuevos modos de producción y los cambios de hábito que eligió para su forma de vida.
— ¿Cómo pasaste el primer tramo de la pandemia y su confinamiento?
— Lo pasé en un hotel boutique ecológico en Chacras de Coria, en las afueras de Mendoza. Viajé por compromisos laborales tales como pasar música y cantar en un lugar. Además, quería ver a mi novio, que por ese entonces solo llevábamos una relación de tan solo un mes y medio, nos estábamos conociendo a la distancia. Sucede que mi intuición cuando surgió toda la tensión del virus, me dijo que tenía que cambiar mi pasaje. Tenía uno para el 16 y lo modifiqué por el 18 de marzo. Ese fue el último vuelo que salió con rumbo a Buenos Aires. De esta manera, quedé de este lado cuando dictaron el confinamiento social, preventivo y obligatorio.
Asimismo, el dueño del hotel me contó que debía cerrar, pero me dejó las llaves del lugar que sería la nueva casa hasta que esto pasara. Asimismo, esos 15 días se transformaron en meses, así que los primeros dos fueron con una vida completamente nueva, encerrada en la naturaleza, con todo ese lugar hermoso a disposición, con una huerta, un spa, un parque inmenso. Eso fue una bendición para mi descanso, una sanación para frenar con tantos años de hacer a gran velocidad y otros de acostumbrarme al estrés y la gran hostilidad de Buenos Aires. Por otro lado, tenía mucha angustia porque no podía volverme y mi madre quedó sola en Buenos Aires, pero fue un balance positivo porque pude conectar conmigo, con un ritmo de vida natural donde me sentí rejuvenecer y así fue el comienzo. Luego, en ese lugar, se armó una especie de comunidad donde éramos 11 personas, todos conectados con la expansión de la conciencia, la medicina alternativa, la alimentación saludable, la biocosmética, el reiki y el yoga. Fue un retiro hermoso que marcó un antes y un después en mi vida porque elegí seguir con ello y así me instalé aquí.
—¿Qué enseñanzas albergaste?
—En lo práctico y cotidiano pude aprender a tocar la guitarra, hice un curso de huerta online, aprendí a cocinar mucho mejor, a hacer mis cosméticas. Pude obtener nociones sobre el mundo de la sustentabilidad de la mano de mi pareja, que es un emprendedor. Además, adquirí conocimiento sobre la separación de residuos. También en lo intangible, pude disfrutar más los momentos, a recibir, a dejarme mimar, a descansar profundamente, no tomarme las cosas en serio, a vivir con menos y más liviana, libre. Aprendí a volver a ser esa niña que se había perdido en la ciudad, que construyó caparazones para defenderse y solté todo ello. Veo más allá de lo que estoy viendo, algo que trabajaba pero se acrecentó allí. Supe dónde poner mi energía, qué personas me rodean, aprendí a conectar desde otro lugar con la gente, desde un sitio más profundo.
— Tras el lanzamiento de tu último disco, ¿qué es lo que sigue?
— Salió hace casi un año y medio, en la pandemia me dediqué a componer y me encontré con músicos que fui encontrando a pesar de todas las restricciones que hubieron. Así tenemos seis o siete canciones, después otros y fuimos armando unos shows. Mi último disco fue como una especie de premonición, desde hacía mucho quería romper con un montón de paradigmas y de formas de vivir, para reconectar con un modo real de vida, más abundante en el verdadero de sentido. Rodamos el clip en Mendoza y todo lo demás se dio solo. El álbum es muy variado, tiene canciones de muchos géneros, unas nuevas y otras escritas hace unos años. A nivel producción fue muy complejo porque tiene muchas capas y me escapé de la ciudad. La música de ahora, la que estuvimos armando, es mucho más simple, más cruda acústica, es mi voz junto a otros instrumentos.
— ¿De qué manera se sostiene el optimismo tras la cancelación de las actividades culturales a causa de la pandemia?
— Está en mi esencia ser optimista. Por ende, a pesar de que no se pudo durante un año y sigue complicado el hecho de hacer shows, siempre viví esta pandemia como la oportunidad para vivir de otro modo. Es un despertar ante las cosas que verdaderamente nos hacen felices, hay que dejar estar atrás del dinero o de mostrar cosas, de tener. Es un momento de ser felices, disfrutar de la vida, de abrir los ojos ante la belleza que nos rodea, salir de las pantallas, de las paredes. Ahora tengo un programa de televisión en Mendoza y quiero sembrar esas ganas en la gente, que salga a vivir la vida, acá lo entendieron bastante bien, hay una conciencia muy grande con respecto a la calidad de vida, a lo que es verdaderamente estar vivo. Nunca perdí el optimismo, y en medio de esta crisis, siempre tuve mucha esperanza. Sucede que la situación ecológica es bastante crítica, entonces, si no había este parate, iba a ser muy difícil lograr un cambio a nivel global.
— ¿Podés vivir del arte?
— Siempre lo hice, así me las ingenié, aunque mezclé, porque como estudié Comunicación Social me gusta el periodismo, escribir, la conducción. A lo largo de mi vida me aboqué a producir y llevar a cabo programas, a actuar. En este momento, más allá de ser DJ, de cantar, estoy con el programa llamado Estricta, donde vuelco mi visión sobre el descubrir en Mendoza.
— ¿En qué otros proyectos estás inmersa?
— Sin querer, la gente que me vio haciendo yoga me pidió que diera clases, cada tanto surgen oportunidades de hacerlo, doy prácticas. Además de ser una filosofía de vida y algo que practico desde mis 17 años, se convirtió en un ingreso. Estoy con varios proyectos que están conectados con esto, tiene que ver con crear un espacio ecológico, a la vez empezamos con las chicas de Bandana, se viene la serie, una especie de documental, con todo el material que se vio, lo que no se vio, la verdad con lo lindo y lo feo. De a poco, lo iremos armando.