entrevista

Ximena Herrera: “Mi primer papel me lo dieron a los 30 días de haberme graduado”

La talentosa actriz es protagonista de la nueva versión de Buscando a Frida, el impactante relato en el que los vínculos más cercanos pueden ser los más peligrosos.

Telemundo Internacional estrenó Buscando a Frida, su nueva serie de suspenso que sigue de cerca la historia de una chica que desaparece durante la noche del cumpleaños de su padre, para revelar que aun las familias más perfectas guardan oscuros secretos. La propuesta cuenta con un gran elenco encabezado por la actriz Ximena Herrera, con quien habló diario Hoy.

―¿Cuándo supiste que te querías dedicar al mundo del entretenimiento?

―Desde que era niña. Ahora sí que tuve la bendición de saber qué quería hacer. Desde que era niña no tenía duda. No me veía en una oficina, no me veía en un lugar cerrado con una computadora, aunque haya gente tan inteligente y tan exitosa en ese ámbito también. Yo me veía en sets de televisión o me veía en estudios grabando, cantando en exteriores, saltando, haciendo cosas nuevas. Siempre estuve, eso fue lo que me atrajo. Mi mamá me ponía muchísimas, no sé si eso también influyó, cosas artísticas, desde La traviata cuando yo tenía seis años en Betamax, me acuerdo perfecto, o Carmen, esas eran como mis opciones en lugar de, no sé, de Bob Esponja u otro tipo de cosas. Me llenaban mucho de arte, desde las pinturas: yo era una niña que tenía 10 años y ya sabía quiénes eran los grandes pintores, más o menos podía entender quién pintaba surrealismo, quién no, entonces yo creo que de gran parte de esto, mi madre tiene mucha culpa también, pero porque también veía que a mí me apasionaba, entonces mientras más me lo daba, más me empapaba yo de todo esto.

―¿Y cómo fue dar los primeros pasos? ¿Cómo fue que llegaste finalmente a poder, por ejemplo, interpretar tu primer papel?

―Fue curiosamente muy diferente a lo que me hubiera imaginado que iba a ser, porque cuando me preguntan ¿qué quieres ser?, ¿qué quieres estudiar? Yo definitivamente dije arte; quiero estudiar música, actuación y al principio me dijeron no, tienes que estudiar algo que te dé de comer, pero además me estuvieron impulsando todo el tiempo con todo esto, y ahora exactamente no entendía por qué no me dejaban estudiar, y también ahora entiendo un poquito más por qué estaba esa incertidumbre. Yo soy boliviana, me decían: a ver, entonces, ¿dónde vas a cantar o dónde vas a conseguir algo que te pague una renta? Entiendo su miedo el día de hoy, entiendo, entonces hicimos como un pacto que era que estudiaba Negocios, que estudie Negocios en Boston, tengo una licenciatura. Y terminando, empezaba a estudiar actuación. Y cuando terminé, no les pareció del todo la idea, me dijeron que siguiera estudiando. Y ya trabajando por lo menos un año en business, que era mi profesión, y dije no, me metía en todos los cursos de teatro que podía en la universidad, en Boston, tomaba clases de actuación, y de ahí me fui a México pero de rebelde, rebelde con mi madre, sobre todo. Y ahí empecé y terminé la carrera de actuación, y empecé con mi primer papel que me lo dieron a los 30 días de haberme graduado, que fue una maravilla, fue Corazones al límite, y a partir de ahí, con la bendición de Dios y con muchísimo trabajo de tocar puertas, no paré: trabajé en los últimos 22 años más o menos de carrera.

―Y ahora justamente se podrá ver en Telemundo Internacional este proyecto tan impactante. ¿Habías visto alguna de las versiones anteriores?

―No, yo quise hacer mi propia Marcela en este caso, y sentirla a mi manera y hacer yo una nueva propuesta. Y creo que la respuesta de la gente que ya la vio fue maravillosa porque en ningún momento me hablaron o me hicieron alguna comparación, cosa que para mí, bueno, lo agradezco mucho.

―¿Cómo fue meterse en la piel de esta madre y en la historia?

―Fue difícil, fue un reto, porque evidentemente uno trata de buscar similitudes; esto era una madre a la que en el capítulo uno su hija de 16 años le desaparece. Yo no tengo hijos, entonces desde ahí ya era como: ¿por dónde vamos a empezar? Pero tengo la suerte de tener tres hermanos que yo básicamente crié, entonces sé perfectamente el cariño, el cuidado que se le tiene desde a un bebé a un preadolescente, adolescente, en fin. Entonces, ese cariño y ese cariño latino que mantenemos todavía, gracias a Dios, los latinos con nuestras familias fue por lo que pude conectar con tener una pérdida de ese tamaño, porque todas las escenas, la mayoría de mis escenas, eran escenas dramáticas, escenas de muchísimo llanto, de muchísimo sufrimiento. Yo tenía todo ese peso y sabía que mantenía mi rol en Buscando a Frida, era esta mujer que no para de sufrir y no para de buscar a su hija. Entonces, ese fue el referente más grande que pude usar como actriz, usar a mis hermanos.

―¿Cuál fue el principal desafío? Porque hay muchas escenas en las cuales se requiere de mucho despliegue histriónico. Y también tu personaje es uno de los que guía todo el relato, pero hay veces que hasta sin palabras. ¿Cuál fue el principal desafío de Marcela en Buscando a Frida?

―¿Qué te puedo decir? Yo creo que el cansancio de pronto de estar grabando, era época de Covid, a mí me dio Covid al principio, me dio Covid al final. Era un reto de pronto porque usábamos dobles, en muchas ocasiones, porque si alguien se enfermaba, nosotros teníamos que seguir grabando, entonces, esto no lo sabe mucha gente, pero había dobles de espaldas, como si fueran mi esposo, y yo actuaba y tenía que llorar, y por supuesto el doble no tenía ninguna reacción. Todo me lo tenía que imaginar. Entonces, eso era un reto. Después había una parte en donde también, como estábamos en la época de Covid, besábamos a unos maniquíes verdes en lugar de darnos besos normales. Ya después inventaron una táctica como para que pudiéramos tener contacto físico sin que estuviéramos contagiados todos, pero sí hubo cosas que para todos eran nuevas. Era... ¿cómo voy a besar a un maniquí?, ¿de qué me están hablando? Es una locura... y lo hicimos. Así pasó durante varias escenas en las que estoy segura de que nadie se dio cuenta; lo hicieron con la tecnología de hoy.

Una persona, muchos roles

―Vos no sos solo actriz, sino que también sos cantante. ¿Hay algún rol con el cual te sentís más cómoda? ¿Es la actuación el lugar en donde te notás plena, o Ximena es todo lo que hace?

Yo creo que de verdad lo disfruto todo y al contrario, siempre busco (cuando me entero de un casting o me buscan directamente, porque me dicen te queremos para tal personaje) que sea algo que no haya hecho, que sea algo nuevo, porque cada personaje me enseña o me revela algo sobre mí. Eso es increíble, es hasta terapéutico, entonces me encanta que el personaje que me den sea más distinto, más alejado. A veces parece que es más cercano a mí, pero no. Tiene tintes en los que voy descubriendo cosas de Ximena. Y por eso yo creo que es una profesión que genera tanta adrenalina al estar trabajando. Nosotros trabajamos muy duro, de lunes a lunes, de sentir una escena al 100, todo lo vale, todo. Entonces lo agradezco, amo el arte, es algo que estará en mi vida por siempre. Si no estoy delante de cámara, estaré detrás, pero seguiré viendo alguna manera en la que pueda expresarme mediante el arte.

―Qué bueno que te animaste y no seguiste esos mandatos que querían que estés en una oficina o en alguna cosa...

―Sí, la verdad es que tuve que revelarme ahí, sí, y tuve la bendición y también las ganas, porque yo veo que los jóvenes ahora muchos dicen no, no voy a estudiar, yo voy a ser youtuber o qué sé yo, no, entonces este no es tan fácil evidentemente, pues se necesita muchísimo trabajo, yo me preparé muchísimo, toqué muchísimas puertas, fui rechazada muchísimas veces y tuve la resiliencia para seguir.

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