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Aparecieron miles de peces muertos en Junín

El fenómeno estaría asociado a una reducción del caudal de por lo menos un metro por debajo de su promedio histórico.

Las imágenes generan tristeza. Pejerreyes, carpas y bagres apilados y desparramados en las orillas la laguna de Gómez, en Junín. Los vecinos de esa localidad del interior de la provincia de Buenos Aires se sorprendieron en las últimas horas con los miles de peces de muertos.

El fenómeno se produjo como consecuencia de un fuerte viento proveniente del sur que sopló durante toda la noche del sábado. Las grandes ráfagas removieron el fondo de la laguna que, debido a la sequía, tenía gran concentración de detritos, que son partículas que surgieron como resultado de la descomposición de una masa sólida, y que habrían provocado la falta de oxígeno en el agua.

La mayoría de los especímenes son pejerreyes, pero también se encontraron carpas y bagres muertos, lo que provocó un intenso olor que invadió el sector balneario. En este sentido, las tareas de limpieza continuaban en el día de ayer por parte del personal del municipio.

“Tal como ocurriera en 2009, causas naturales generaron esta situación. El personal municipal continuará trabajando en el lugar durante los próximos días, para retirar y disponer adecuadamente los peces muertos y así evitar mayores inconvenientes”, explicó Walter Petrecca, secretario de Coordinación de la comuna.

“Según informaron los especialistas, el viento removió el fondo de la laguna en el cual, por la sequía, hay concentración de detritos. Esto provocó falta de oxígeno y muerte de los peces por hipoxia y su arrastre hacia la costa”, resumió el funcionario.

En diálogo con diario Hoy, el doctor en Biología por la UNLP Javier García de Souza, sostuvo: “Es una mortandad masiva de peces, que es un evento que puede ocurrir. Muchas veces tiene que ver con falta de oxígeno o floraciones algales tóxicas, pero en general estas cosas se dan más habitualmente cuando hay descenso del nivel de agua tan marcados como el que tuvieron ahora”.

“Seguramente también tenga que ver con los manejos de agua que se hacen en la cuenca del río Salado que sus objetivos tienen que ver con el tema de sacar el agua para que no haya inundaciones pero también tiene sus consecuencias a nivel ecológico. Por contacto con gente que trabaja y que vive en Junín, se venían muriendo carpas y (bagres) porteños, que son las dos especies bastante abundantes”, dijo el especialista. Cabe remarcar que desde hace varios años Junín trabaja en la siembra de pejerreyes para fomentar el turismo.

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