Así trabaja el equipo argentino convocado para salvar delfines en Brasil

Ya son más de 150 los animales de esa especie muertos en el estado de Amazonas, donde la temperatura del agua superó los 40 grados.

Un operativo de rescate se desarrolla en Brasil para evitar que mueran más delfines en aguas del lago Tefé, misión para la que fueron convocados especialistas argentinos, que trabajan a contra reloj para alcanzar el objetivo.

La logística la lideran dos institutos dependientes de los ministerios de Medio Ambiente y de Ciencia, Tecnología e Innovación del país vecino, desde donde se convocó a los profesionales argentinos y de otros países del mundo, ya que se trata de dos especies de delfines que están “en peligro”, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Uno de los participantes es Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, quien manifestó que “se están realizando monitoreos e implementando distintas estrategias, entre las cuales se encuentra la de movilizar los delfines hacia zonas de mayor confort para las necesidades de su especie”.

“Esperamos poder aportar desde el conocimiento y la práctica que adquirimos desde hace años en el rescate de cetáceos. Para ­nosotros será una gran experiencia de aprendizaje con mamíferos acuáticos de ambiente dulce”, señaló el experto, que ya tiene ­experiencia en otros operativos alrededor del mundo.

A su turno, Lorenzo von Fersen, biólogo y presidente primero de la ONG internacional Yaqu Pacha, afirmó que “por las necropsias y análisis que se han hecho hasta ahora, se ha descartado que exista una enfermedad infecciosa” y que todos los datos llevan a la conclusión de que los animales se estarían muriendo por las altas temperaturas del agua, que han llegado a los 40 grados.

“Esto permitiría trasladar animales del lago al río. Si hubiera una enfermedad infecciosa, eso no podría llevarse a cabo por el riesgo que supone llevar la infección hacia el río Tefé u otras masas de agua que sean afluentes del Amazonas”, explicó.

Para llevar adelante la misión, los equipos se dividen en dos: por un lado, vigilancia desde embarcación, y por otro, vigilancia desde tierra, para detectar cualquier comportamiento inusual.

Así, en caso de detectar un animal que presente signos clínicos inusuales, existe una unidad de rehabilitación flotante preparada para recibir y tratar a estos ejemplares.

Asimismo, los equipos de campo ensayan técnicas para alejar a los grupos de delfines de las zonas consideradas más críticas, ­emitiendo sonidos para ahuyentar a los cetáceos. Además, en la zona de entrada de la ensenada de Papucu se instaló una barrera hecha con estacas de madera llamada “pari” para impedir la entrada de los animales a esas áreas críticas.

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