cultura

Carlos Marcucci y la era del consumo

El escritor y humorista falleció a los 89 años.

El consumismo se ha convertido en nuestra forma de vida. El consumo, valga la redundancia, consume nuestro tiempo, nuestros recursos y nuestras aspiraciones. En ese marco, no hay causa que mereza más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, pues se afirma que ellos encarnan la promesa viva de que el mundo pueda transformarse. También, que son un regalo precioso que debe ser cuidado como el mayor tesoro de la humanidad, porque de las nuevas generaciones dependen cambios inimaginables. No obstante, como sostuvo Eduardo Galeano, los niños pobres son los que más sufren la contradicción entre una cultura que manda a consumir y una realidad que lo prohibe.

En una nota titulada ¿De dónde viene el mundo, nene?, el periodista Carlos Marcucci señaló algunas características de la niñez y la adolescencia de su tiempo. Acompañado por Martín Mazzei y un equipo creativo conformado por figuras de la talla de Alejandro Dolina, Aquiles Fabregat y Carlos Trillo, entre otros, Marcucci fue director durante la decáda del 70 de la revista Mengano, precursora del humor social y político que luego imitarían otras publicaciones nacionales. En su nota, publicada por el diario Clarín el 8 de octubre de 1986, marcó que esos menores de edad (a los que día a día se les niega el derecho a ser niños) suelen saber todo lo necesario sobre armas intergalácticas, naves espaciales, robots, androides, estaciones interplanetarias y diversos prodigios de la informática y/o cibernética. En cambio, muchos de ellos ignoraban el campo, la polea, la pala, el origen del queso rallado, de la harina y de las chauchas, aunque era bien sabido (afirma irónicamente) que estas vienen del envase.

Marcucci sirvió de inspiración a un personaje que llevó su nombre y apellido, de Negro Blanco, una historieta de Carlos Trillo y Ernesto García Seijas que fue publicada entre 1987 y 1993. A su vez, otra de sus grandes pasiones fue la música: siendo intérprete de banjo, piano y guitarra, y fundador de la Guardia Vieja Jazz Band. El propio Marcucci decía de sí mismo: “Siempre he tenido una facilidad para aprender las cosas, pero mediocremente. De cero a diez, llegaba rápido a cinco y ahí me quedaba. Pero hay muy pocos tipos que llegan a cinco sobre todo en la parte rítmica”.

Entre las anécdotas que apoyaban su tesis, Marcucci recordaba las propias experiencias vividas junto a su nieto, Salvador. Asimismo, señaló el caso de una maestra europea no identificada, que pidió a sus alumnos de cuarto grado que dibujaran un pollo y todos los alumnos dibujaron un pollo al horno.

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