Científicos argentinos desarrollaron un respirador artificial a bajo costo

El equipo de ventilación mecánica tiene un valor tres veces inferior a otros aparatos del mercado.

A finales de agosto, la Argentina llegó por primera vez a la cifra de 10.000 casos de coronavirus diarios y, desde entonces, se empezó a hablar de que el país estaba atravesando el pico de la pandemia. “Estamos viendo picos preocupantes en lugares que habían logrado contener sus epidemias desde el principio, como Colombia y Argentina”, comentaba en ese entonces Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Para contener esta situación, científicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y de la Fundación Intecnus crearon un ventilador mecánico para asistir a pacientes con estrés respiratorio severo. “Ante la escasez de respiradores disponibles en el sistema de salud nacional, la idea fue suplir esa falta con un equipo de prestaciones sólidas y simples a los efectos de poder atender pacientes en el período más agudo, donde son necesarios equipos más mecánicos, y liberar los respiradores comerciales para pacientes en instancias críticas”, sostuvo Luis Rovere, gerente general de Fundación Intecnus.
La principal característica del respirador es que fue fabricado íntegramente con componentes nacionales. Se trata de un equipo de alta confiabilidad y bajo costo, cuyo valor equivale a un tercio del precio de los equipos disponibles en el mercado.

El prototipo ya fue puesto a prueba en un modelo animal –una oveja– y validado por el Instituto Nacional de Tecnología Agrícola (INTA). En el ensayo participó un equipo interdisciplinario de 30 profesionales, entre los que hubo médicos, físicos, ingenieros electromecánicos, veterinarios, terapistas del hospital y bioquímicos. Durante 10 horas de trabajo continuo el respirador funcionó en todas las etapas y, aseguraron, “fue un éxito”.

Los resultados del ensayo serán presentados al Ministerio de Salud de la provincia de Río Negro para obtener el aval de su uso en el marco de la emergencia sanitaria. Luego, para su aprobación a nivel nacional deberá ser evaluado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), un proceso que demandará más de un año.

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