Cómo extender la vida de los gatos

En vísperas del Día Mundial del Gato, que se conmemora cada 20 de febrero, especialistas señalan tres hábitos que pueden extender su buena salud hasta diez años más.

"La longevidad de los gatos es muy variable. Es mayor en el común europeo (mestizos) que en los de raza. He atendido gatos criollos de hasta 22 años”, dijo Nélida Gómez, vicedecana de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). El buen manejo sanitario de esta especie incluye la desparasitación, la aplicación de vacunas y la correcta nutrición. “Si este manejo es el adecuado y el animal no presenta enfermedades congénitas o hereditarias, el gato es un buen candidato a ser longevo”, completa la profesora emérita de la Cátedra Clínica Médica de Animales Pequeños.

La importancia de la castración

Desde diario Hoy hablamos con Silvina Brizuela, veterinaria platense y especialista en gatos, que indicó un punto clave: “El gato es un una mascota casera, es para que esté en la casa y no salga a recorrer el barrio o por ahí. Esto es fundamental, porque en este punto es donde fuera de la casa el gato está totalmente descuidado a cualquier eventualidad que le suceda”.

Lejos de su casa es donde el gato puede agarrarse VIF, Vilef, tuberculosis, PIF, rabia o sida (sida de gato). Que estos animales empezaran a vivir adentro de las casas fue uno de los factores que lograron casi duplicar su expectativa de vida.

En ese sentido, la doctora Gómez señaló que la castración temprana (a los seis meses) es una importante medida que evita las salidas de los gatos.

Alimentación y chequeos

Lo segundo, y muy importante, es la ­alimentación. Brizuela dijo que “es importante que el alimento sea de calidad, acorde a la edad del gato y no darle solo balanceado, ya que muchas veces, independientemente de la marca, estos le provocan piedras en los riñones. Darle pollo a la plancha, atún al agua, algunos comen hasta verduras. En épocas de calor, se puede ­romper uno o dos huevos en un plato y congelarlos, luego sacarlos y cortarlos en trozos y darle algunos por día”, afirmó la ­especialista. Y la alimentación tiene que ser controlada, para que el gato no engorde, ya que después es muy difícil hacerlo bajar de peso.

El tercer punto es la salud. Según Gómez, del mismo modo que ocurre con los seres humanos y en los perros, los gatos requieren un control por profesionales especializados en el tema. “Ellos son los responsables de indicar cuál es el mejor manejo sanitario y de qué manera debe ser evaluado cada paciente”, señala. Además, al igual que una persona, con el paso del tiempo es necesario hacer chequeos, con cierta regularidad, para controlar que todo esté bien, porque no es lo ideal llevar al animal al veterinario cuando el problema ya está radicado. Prevenir siempre es mejor que curar.

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