Daniel Moyano, el escritor que jugaba a la mancha con el Che

Daniel Moyano murió el 11 de junio de 1992, en España. Desde que la dictadura militar lo echó del país en 1976 se radicó en ese país, con su mujer y sus dos hijos. A Irma, su esposa, la raptó porque sus suegros no querían que se casara con ella. Había alcanzado celebridad como escritor cuando en 1967 ganó con su novela, El oscuro, un concurso literario que tenía en el jurado a Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez. Hasta poco antes, trabajaba como plomero y albañil. Oficios que debió retomar durante su exilio.

Los primeros siete años de exilio no pudo escribir nada. Había perdido toda capacidad expresiva. No podía escribir pese a sus intentos desesperados. Todo lo que intentaba escribir terminaba en imágenes catárticas, pesadillescas, sobre sus días de encierro. Hasta que hizo la reconstrucción de un manuscrito que había enterrado en la huerta de su casa de La Rioja cuando los militares usurparon el poder. Así nació El vuelo del tigre.

Había nacido en Buenos Aires, pero su familia era de Córdoba, por eso vivió en Alta Gracia. Allí iba al Colegio de la Torre. En los recreos jugaba con sus compañeros de grado. El más ágil de todos era un chico asmático. Se llamaba Ernesto Guevara.