medioambiente
Dióxido de azufre, el veneno invisible que expulsa La Palma
Puede producir efectos adversos sobre la salud y la biodiversidad.
Aunque solo sea visible la lava y el humo, el volcán Cumbre Vieja también está expulsando un veneno invisible: el dióxido de azufre. Es un gas tóxico, que en concentraciones altas produce un olor irritante, que es mortal para la vegetación incluso a kilómetros de distancia de su foco, y que tiene efectos nocivos en la salud humana. Una alta concentración del mismo podría obligar a desalojar zonas alejadas de la lava.
Según el Ministerio de Transición Ecológica, el dióxido de azufre es “un gas que se origina sobre todo durante la combustión de carburantes fósiles que contienen azufre (petróleo, combustibles sólidos)”, en fábricas y la industria. También tiene, como en el caso del Cumbre Vieja, un origen natural, volcánico.
De forma genérica el Ministerio destaca: “Este contaminante puede producir, incluso a grandes distancias del foco emisor, efectos adversos sobre la salud, sobre la biodiversidad, los suelos e incluso sobre las edificaciones, a través de procesos de acidificación, pues una vez emitido, reacciona con el vapor de agua y con otros elementos presentes en la atmósfera, de modo que su oxidación en el aire da lugar a la formación de ácido sulfúrico”.