Distinción para un jubilado que vende viandas en Los Hornos para llegar a fin de mes

Héctor Claudio Morales resume las historias de muchas personas que luego de jubilarse sienten la necesidad de seguir trabajando en algo, un poco por necesidad económica y otro poco por pasión.

En el contexto de una noche emotiva, en la cual se reconoció el esfuerzo de muchas familias que se dedicaron al comercio du­rante toda la vida en la localidad de Los Hornos, vecinos de esta región de La Plata distinguieron y le entregaron un premio a la “perseverancia y la superación”, ya que este vecino recorre todos los días las calles hornenses en silla de ruedas repartiendo las más de cien viandas de comida que cocina durante la mañana.

En diálogo exclusivo con diario Hoy, este hombre homenajeado por los vecinos confirma que se pueden superar las dificultades que se presentan en la vida.

—¿A qué te dedicaste en tu vida y dónde vivís?

—Vivo en 73 y 138. Este reconocimiento es porque uno labura porque lo necesita. A demás de que trabajás y te están mirando y valorando el esfuerzo que hacés es un plus. Vendo cien viandas por día.

—¿Qué hacías antes?

—Fui empleado gastronómico, electricista, carpintero, costurero, manejaba máquinas textiles. De todo.

—¿Cómo es la rutina que tenés para vender viandas?

—Me levanto a las siete y cocino hasta las once y media. Después hago el reparto y termino a las dos de la tarde. Vuelvo a mi casa, como algo, duermo un poco, y si hay que limpiar, limpio, y a las cinco ya arranco para el otro día.