Dos fármacos mejoran el pronóstico de un cáncer letal

La combinación reduce el tumor en el 28% de los pacientes con un melanoma muy agresivo.

El científico japonés Tasuku Honjo hizo un descubrimiento revolucionario en 1992: una proteína humana que actúa como un freno de las defensas del organismo, bautizada PD-1. Al quitar esa traba, con un fármaco llamado nivolumab, el sistema inmune es capaz de atacar con mayor ferocidad a las células del cáncer. El nivolumab no es la panacea. Más de la mitad de los casos de melanoma con metástasis son resistentes al fármaco. Un equipo científico, encabezado por el médico español Antoni Ribas, sugiere una nueva estrategia.

Honjo compartió el Nobel con James Allison, un investigador estadounidense que, en 1996, identificó otra proteína que actúa como un freno de las defensas: la CTLA-4. El fármaco ipilimumab, aprobado en 2011, desactiva ese freno y permite que los glóbulos blancos ataquen en tromba al tumor. El tratamiento habitual contra el melanoma avanzado con metástasis son los inhibidores de la PD-1, como el nivolumab. Si hay resistencia al fármaco, la segunda opción suelen ser los inhibidores de la CTLA-4, como el ipilimumab. Honjo y Allison son los padres de la inmunoterapia, el tratamiento que utiliza las propias defensas del paciente para combatir el cáncer. El equipo de Antoni Ribas ha investigado ahora la eficacia de la combinación de ambos fármacos revolucionarios.

Su equipo seleccionó a 91 pacientes con un melanoma mortífero que no respondían al primer tratamiento con inhibidores de la PD-1. 68 de ellos pasaron a recibir la combinación de nivolumab e ipilimumab, mientras los otros 23 se limitaban al ipilimumab en solitario. Los resultados del estudio muestran que el tumor se redujo en el 28% de los participantes con el tratamiento combinado, frente al 9% de los que recibieron solo ipilimumab. La supervivencia sin progresión de la enfermedad aumentó un 37%.

Noticias Relacionadas