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El desconocido autor de muchas maravillas platenses

Victor de Pol es el autor de numerosas escultoras conocidas por todos los habitantes de nuestra ciudad, sin embargo, pocos saben que es autor de esas obras.

En diversos artículos periodísticos, el historiador platense Estanislao de Urraza hizo referencia a las “esculturas de un maestro olvidado”, rememorando la figura de Víctor de Pol. Este artesano nacido en Venecia el 28 de agosto de 1863 trabajó con la obstinada modestia de quien no quiere ponerle precio a la grandeza. Ninguna de las obras del Museo de Ciencias Naturales de La Plata lleva su firma. Sin embargo, fue el autor de los esmilodontes- gigantescos animales que vivieron en América del Sur durante el pleistoceno- popularmente conocidos como los tigres dientes de sable - de la entrada y de las figuras de los sabios que decoran los frisos exteriores, a ambos lados de las puertas de acceso a esa institución.

Los altorrelieves de los frisos de la Legislatura sobre las calles 7, 51 y 53 también son de su autoría. La cuadriga que corona la fachada principal sobre la calle Entre Ríos del Congreso de la Nación, también es obra suya. Sobre la calle 7, el relieve del medio, representa el Cabildo Abierto del 22 de mayo. En esa obra se hallan unidas la Nación y las provincias, bajo la protección del escudo nacional. En los dos paños -hacia calle 53-, están representados la liberación de la esclavitud, y en el otro, la unión nacional, sellada por la fundación de La Plata. En el otro extremo, hacia 7, otras dos esculturas de alto relieve muestran su catadura artística. Una simboliza la independencia proclamada por el Congreso en 1816 y la otra representa una figura con los atributos que caracterizan a Marte, con una larga trompeta de heraldo que anuncia el despertar de la libertad.

Victor de Pol creció en el seno en el seno de una familia que se consideraba descendiente de Marco Polo. Desde temprano mostró interés y excelentes condiciones para el arte, en particular, la escultura, realizando sus primeros estudios con el escultor romano Ettore Ferrari (1845- 1929). Instalado en Florencia, continuó su perfeccionamiento en la Academia de Bellas Artes, bajo la supervisión del maestro Augusto Passaglia (1838-1918). Culminó su formación como escultor en la Academia Pontificia de Bellas Artes de San Lucas (Roma), donde fue discípulo de Giulio Monteverde (1837-1927), quien también contribuyó a la formación artística de la afamada Dolores Candelaria (Lola) Mora Vega.

Fue justamente Monteverde quien lo recomendó a las autoridades de la provincia de Buenos Aires para la elaboración de obras escultóricas destinadas al embellecimiento de la recientemente fundada ciudad de La Plata, por lo que en 1887, con tan sólo 22 años de edad, arribó a la República Argentina. Un gran admirador del artista italiano fue Domingo Faustino Sarmiento, quien lo contrató en varias oportunidades para esculpir distintas obras y eso le dio una alta reputación profesional.

Por entonces, el gobierno de Dardo Rocha contactó al escultor para que se encargara de esculpir obras para ornamentar distintos espacios públicos de La Plata. En nuestra ciudad, Florentino Ameghino junto a su equipo de paleontología asesoró al escultor para lograr la autenticidad de algunas de sus piezas más importantes.

Antes de ingresar al museo, podemos observar los bustos de 12 científicos, esculpidas por Víctor de Pol. Los homenajeados son Cuvier, Linneo, Lamark, Humboldt, Winckelmann, Broca, Boucher de Perthes, d’Orbigny, Von Humboldt, de Azara, Bravard, Blumenbach y Darwin. Luego de su excelente trabajo, le encargaron el embellecimiento del frente del Palacio de la Legislatura Provincial ubicado en La Plata. En este edificio hay tres accesos que se identifican por pórticos. Estos últimos están coronados por grupos escultóricos que son obra del artista veneciano. El propósito de la obra es mostrar parte de la historia, valores, unión y moral nacional.

En 1923 la familia de Pol se instaló en la quinta “El Refugio” de Quilmes (propiedad original de Pastor del Valle), pero al poco tiempo y por motivos de salud del escultor se vio obligados a trasladarse nuevamente a Buenos Aires. Víctor de Pol falleció en esa ciudad el 15 de noviembre de 1925.

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