CIENCIA

El sexo en la vejez: qué dice y qué recomienda la ciencia

No son pocos los estudios que demuestran los beneficios de una vida sexual activa luego de los 60 años. Algunos consejos y qué no hacer para poder disfrutar plenamente.

Antes que nada, hay que aclarar que el sexo en la tercera edad es completamente normal y se puede experimentar una sexualidad completa, con coito satisfactorio incluido, aunque puedan existir condicionantes físicos.

Obviamente el paso de los años tiene consecuencias. Por ejemplo, en el caso de los hombres la erección suele tardar más y tener menor firmeza, aunque se extiende el tiempo del orgasmo.

En cuanto a las mujeres, el descenso de los niveles de los estrógenos y la progesterona favorecen la sequedad vaginal debido a la disminución de la mucosa, por lo que puede ser necesaria una mayor estimulación para lograr la excitación.

La ciencia tiene la palabra

La revista The Journals of Gerontology publicó un estudio al respecto, en el que se analizaba cómo el sexo tiene una incidencia en la actividad cognitiva de las personas mayores de 50 años. Los expertos, que pertenecían a las universidades de Oxford y Coventry en el Reino Unido, desarrollaron un cuestionario sobre la frecuencia de la actividad sexual entre participantes de entre 50 y 83 años. Aquellos que mantenían una actividad sexual frecuente obtuvieron puntuaciones más altas en las pruebas de memoria y función ejecutiva. Además, se mostraron menos propensos a sentirse deprimidos y solitarios.

Otro estudio llevado a cabo recientemente en la Universidad de Castilla-La Mancha, titulado Percepciones de la sexualidad en personas mayores, sostiene que “los estereotipos sociales, los prejuicios de las personas con las que conviven, la falta de intimidad y la asociación de la sexualidad con la procreación o bien con la obligación marital son consideradas barreras para la expresión de su deseo sexual”.

Entonces, ¿cómo disfrutar de la sexualidad en la tercera edad? Acá van algunos consejos.

Primero hay que olvidarse de la obsesión por la erección y el coito. Los hombres, como apunta la sexóloga y psicóloga Marina Castro, suelen obsesionarse por “cumplir”, lo que puede convertirse en una verdadera condena que haga naufragar la relación sexual. Las caricias, los abrazos, un simple contacto es motivo de goce.

Segundo, el haber acabado con la crianza de los niños conlleva una disminución del estrés. Teniendo en cuenta que es una de las causas que provoca falta de deseo sexual y otras disfunciones en los adultos, la tercera edad puede convertirse en una etapa perfecta para dejarse llevar y vivir el sexo sin prisas.

En esta etapa, hay que primar la calidad por encima de la cantidad. Por el paso del tiempo, nuestro desempeño sexual y el de nuestros cuerpos no es el mismo. La comprensión y la comunicación en este aspecto son fundamentales. Es mejor asumir que más vale calidad que cantidad y que los momentos no se miden por los resultados, sino por la satisfacción de cada minuto. Aunque los avances médicos y el envejecimiento activo permiten disfrutar de la tercera edad en unas condiciones de salud óptimas, no hay que olvidar que a determinadas edades, como pueden ser los 70 o los 80, puede ser relativamente normal presentar patologías o trastornos físicos que impidan de alguna manera una relación sexual tal y como se concibe socialmente.

Por último, pero no menos importante, dos cosas necesarias: acudir a un especialista es una buena solución, porque su ayuda será fundamental; y sobre todo trabajar la autoestima. Hablar con la pareja es fundamental. Fomentar la comunicación en la pareja, trabajar individualmente la autoestima y hacerle ver al otro el interés sexual que despierta es esencial en esta etapa de la vida.

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