En Chubut hay un caso de hantavirus que está internado en UTI

Un joven se encuentra internado en Terapia Intensiva y con “pronóstico reservado” luego de haber contraído hantavirus en el parque nacional Los Alerces, en Chubut, de acuerdo a la confirmación del Ministerio de Salud provincial.

Los médicos que atendieron al paciente diagnosticaron el caso como “compatible” con hantavirus. A partir de allí debieron derivarlo al hospital zonal de Esquel para poder ser tratado en terapia intensiva. Las autoridades dispusieron el aislamiento de sus contactos estrechos y realizan operativos para detectar los posibles lugares de contagio.

A la par, el instituto Malbrán había comenzado con los análisis pertinentes para confirmar la enfermedad, algo que finalmente ocurrió durante el fin de semana, de acuerdo a las declaraciones del director del hospital zonal de Esquel, Sergio Cardozo.

De cualquier manera, las autoridades del parque decidieron que la reserva natural permanecerá abierta al público, recomendando a los visitantes y trabajadores mantener las medidas sanitarias de prevenciones habituales, tales como acampar en sitios habilitados o cuidar la higiene de manos y alimentos. Desde el Ministerio de Salud provincial pidieron extremar los cuidados y vigilar la presencia de roedores.

¿Cómo se contagia el hantavirus?

Según el Ministerio de Salud Nacional, se la considera “endémica”, de baja incidencia y se mueve fundamentalmente a través de los ratones silvestres (en especial los colilargos) que lo transmiten a las personas cuando lo eliminan mediante la saliva, las heces y la orina.

El virus produce en los seres humanos dos formas clínicas graves: la fiebre hemorrágica con síndrome renal (en Asia y Europa), y el síndrome cardiopulmonar por hantavirus (en América). En la Argentina existen dos especies, el andes y laguna negra, pero hay unos 10 genotipos virales diferentes.

Esta transmisión se puede realizar por inhalación, en galpones o pastizales donde las heces de los roedores desprendieron el virus y contaminaron el ambiente; por contacto directo, al tocar roedores vivos o muertos infectados, o sus heces, al igual que con mordeduras; y además puede transmitirse entre humanos, por contacto estrecho con una persona infectada durante los primeros días de síntomas, a través de la vía aérea.