“En mi restaurante tengo 400 botellas de aguas minerales de todo el mundo”

Soledad Sichert nació en Córdoba, es sommelier de agua y, desde hace casi un año, es dueña de un establecimiento gastronómico en Alemania. Una historia de esfuerzo y la importancia de no dejar ir las oportunidades que ofrece la vida.

La idea de poder hacer algo en gastronomía la tenía desde hace mucho tiempo. “Desde 1998 o 1999, pero mis hijos eran todavía muy chiquitos. En 2001 fundé una empresa en el sector del turismo que me permitió estar más en contacto con gastrónomos y hoteles, y así empecé de a poquito”, le contó a diario Hoy Soledad Sichert, una mujer emprendedora que logró su sueño a los 50 años.

En febrero del año pasado, su marido le contó que en la ciudad de Königswinter, un pueblo alemán ubicado en el estado federado de Rena­nia, buscaban una persona que llevara adelante un restaurante. La pareja ya residía en Alemania desde hacía más de dos décadas. “Siete personas estaban interesadas en tomar el restaurante, de las cuales seis eran gastrónomos conocidos en la región”, dijo la mujer, que abrió su lugar soñado el 1° de septiembre de 2019.

Agua

“El tema del agua lo llevo desde que nací, prácticamente. Tengo 50 años y viví en muchos países del mundo. Desde muy chica me llamó la atención que siempre el gusto del agua era diferente. No lo entendía al principio, porque creía que agua es agua y no más. A los 10, viví en República Dominicana, y ahí había que comprar el agua potable. Eso me chocó mucho y pensé que el aire no hay que comprarlo para vivir, por qué entonces hay que comprar agua. Eso me quedó toda mi vida”, expresó.

Soledad realizó la formación profesional de sommelier de agua mineral en el único instituto que existe en el mundo, que queda al sur de Múnich (Doemens Akademie). Después se puso a aconsejar a hoteles y restaurantes acerca de la combinación de aguas y comidas. “En mi restaurante tengo 400 botellas de aguas minerales de todo el mundo. El precio varía de 2,50 a 320 euros la botella”, manifestó.

“No hay un agua perfecta o mejor. Todo depende de lo que quieras hacer con ella. Yo tengo en casa siete aguas diferentes que voy tomando a lo largo del día, de acuerdo a lo que haga. Si voy a hacer deporte, entonces tomo un agua mineral que tenga por lo menos 100 mg/l de magnesio. Si voy a disfrutar un vinito, entonces un agua que no tenga más de 200 o 300 mg/l de minerales. Si voy a preparar un té o un mate, entonces también me fijo que tenga un agua con una concentración baja de minerales”.

Pandemia

Tras permanecer cerrado, el restaurante pudo volver a abrir a mediados de mayo. “Las reglamentaciones de higiene son muy rígidas, pero nos permiten por lo menos trabajar. Al irnos tan bien antes de cerrar, pudimos sobrevivir esta etapa difícil, ya que tenemos nuestros ahorros de los últimos meses”.

En cuanto a las medidas de prevención, las mesas deben estar separadas un metro y medio, y no se pueden sentar más de dos personas que pertenezcan a hogares diferentes. “Por ejemplo, si viniesen dos parejas, se pueden sentar en una mesa, pero si vienen tres personas que no viven en la misma casa, entonces solo pueden quedarse dos en una mesa y la tercera tiene que estar separada del resto”, narró Sichert.

Cada persona que entra tiene que desinfectarse las manos y hay un papel en cada mesa donde tienen que escribir sus datos personales. En caso de contagio, el Ministerio de Salud le pide a Soledad estas listas para contactar rápidamente a las personas. Además, los empleados tienen que firmar cada media hora, cuando se desinfectan las manos.

“Y, por supuesto, el trabajo en la gastronomía solo está permitido si los empleados y clientes tienen tapabocas. Solamente el cliente, y solo si está sentado a la mesa, puede sacarse el tapabocas. En el momento en que se para, tiene que tenerlo de nuevo”, enfatizó.

Mate

Una sommelier, cuenta Soledad, se encarga de los gustos y combinación de sabores, y no duda al momento de contarnos cuál, para ella, es el mejor mate. Lo más recomendable es que tanto la yerba como el agua sean del mismo lugar.

“Para el mate, especialmente tomo agua de Misiones. Lo mejor es tomar el agua de la región de donde es el producto. Yo la caliento a unos 78 u 80 grados. Si tomara agua de la canilla, entonces la dejo primero un par de horas en una jarra abierta para que se salga el cloro. Después la cocino y la dejo enfriar hasta los ochenta grados para poder eliminar las partículas que hubiera”, concluyó.

 

Noticias Relacionadas