Los platenses, en manos de empresas que brindan un pésimo servicio
Vecinos de la ciudad sufren angustia por la desinversión y la baja calidad del suministro que ofrecen ABSA y Edelap. Pasó otro fin de semana de cuarentena con cortes en distintas zonas
Nuevamente, vecinos de la ciudad debieron soportar un fin de semana con falta de agua y reiterados cortes de luz.
Además del frío y la cuarentena, frentistas de Barrio Jardín, de El Triunfo y de Villa Elvira tuvieron que pasar otro sábado y domingo reclamando a ABSA y a Edelap.
La falta de inversión y la poca capacidad para dar respuesta a quienes religiosamente pagan sus elevadas facturas ya es moneda corriente en La Plata.
El sábado a la noche, en las inmediaciones de 135 y 522, explotó un transformador dejando sin energía eléctrica a los residentes de la zona. La misma situación se repitió en 4 y 616, donde operarios de Edelap cambiaron por cuarta vez en el mes el dispositivo que abastece a los habitantes de esa zona.
“Si bien Villa Elvira es una localidad muy grande, la calidad del servicio eléctrico es pésima. Intenté reclamar varias veces por teléfono, pero no te atienden nunca, y por internet es imposible que te tomen la queja. Llegué a estar una hora en el teléfono hasta cortar”, dijo Ignacio, de 120 y 80.
Además, el joven señaló: “Se triplicaron los montos de las facturas. Ellos lo adjudican a un mayor consumo por estar en casa, pero el problema es que estiman el gasto y cobran lo que quieren”.
Néstor, de 99 entre 11 y 12, se comunicó ayer con este medio. Llevaba dos días sin agua y seis reclamos a ABSA. “La empresa pretende que nosotros nos comuniquemos con Edelap, porque asegura que el inconveniente se da por baja tensión en las bombas. Realmente, nos están tomando el pelo y es muy triste lo que estamos viviendo”, señaló el hombre.
La situación se repite desde hace meses. Los ciudadanos ya no saben a dónde reclamar y las facturas se acumulan con montos basados en cálculos sin fundamento.
“Después nos piden que nos lavemos las manos. Tengo un vecino que tiene cáncer y, realmente, está desesperado. Cuando llamé el sábado a ABSA, me dijeron que estaban trabajando en 14 y 607. Así que fui, recorrí toda la zona y no había nadie. Encima, son mentirosos”, agregó Néstor muy angustiado.