Expectativas por el premio de Literatura

El rubro literario es uno de los más esperados de los Nobel. El jueves, finalmente, se anunciará su ganador. En varios países de Europa, las casas de apuestas tienen la categoría muy presente, logrando que se especule sobre el premio como no ocurre con ningún otro galardón. En el hemisferio norte, todos tienen su candidato.

Los apostadores muchas veces son más objetivos que los expertos en la materia. El año pasado, unos días antes de la elección, en la casa inglesa de apuestas Ladbrokes, se señalaba como favorita a la bielorrusa Svetlana Alexievich, que efectivamente fue quien se quedó con el premio. 

En los últimos años, los apostadores le vienen poniendo fichas a un argentino: César Aira. La semana pasada tenía el puesto número 8 en Nicer Odds, un sitio especializado en apuestas. La casa Ladbrokes, por su parte, lo ubicaba en el puesto 14.

Promediando, los favoritos que mejor promedian son el keniata Ngugi Wa Thiong’, el japonés Haruki Murakami, el sirio Adunis y el estadounidense Philip Roth.

Los nombres 

El keniata Ngugi Wa Thiong’ es uno de los favoritos para el premio. Su reconocimiento comenzó con su primera novela, No llores, niño, escrita en 1962 poco antes de la independencia de su país. Aborda, a través de los ojos de un joven llamado Njoroge, las tensiones entre blancos y negros, entre la cultura africana y europea, en una época (1952-1956) donde los insurrectos kikuyus, más conocidos como Mau Mau, se levantaron contra la autoridad británica.

Haruki Murakami es otro de los nombres que resuenan. Sus obras le han valido numerosos premios como el Franz Kafka, Jerusalem y el Internacional Cataluña. Sus ficciones, a menudo criticadas por la literatura tradicional japonesa, son surrealistas y se enfocan en conceptos como el fatalismo. Es considerado una figura importante en la literatura posmoderna. Entre sus novelas más famosas se destacan 1Q84, Tokio Blues y Kafka, en la orilla. 

El candidato argentino

Nacido en Coronel Pringles en 1949, Aira se destacó en los ochentas como autor de novelas como Canto castrato o La luz argentina. En los 90 dio un vuelco y descubrió una fórmula que lo convirtió en un autor prolífico. Su procedimiento consistió en publicar novelas cada vez más breves, “novelitas” según sus propias palabras. Las materializó en lapsos brevísimos: llegó a publicar seis en un año. En su haber, ya se registran nada menos que 70 novelas cortas. Entre las más representativas se destacan Ema, la cautiva (1981), Embalse (1987), Cumpleaños (2000), Parménides (2006) y El mármol (2011).

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