Gran aumento de la venta de psicofármacos durante la pandemia

El confinamiento por el coronavirus y la crisis económica contribuyeron a distintos padecimientos psíquicos, lo que se vio reflejado en la venta de psicotrópicos en el país.

Desde la llegada de la pandemia, en marzo del año pasado, muchos argentinos atravesaron momentos de tristeza, soledad, incertidumbre, estrés laboral, temor a la desocupación o problemas familiares y muchos de ellos aún siguen padeciéndolos.

La crisis excedió lo sanitario y penetró en distintos aspectos de la vida. En los consultorios, psicólogos y psiquiatras observaron un aumento de consultas por ansiedad, depresión, insomnio y otros padecimientos.

Muchas personas recurrieron a productos de venta libre para dormir mejor o relajarse. Otras iniciaron tratamientos o incluso acudieron a los psicofármacos. Juan Manuel Santa María es CEO de Iqvia, una compañía dedicada a la ciencia de datos y enfocada en el rubro de la salud, y proporciona estos datos: en el último año los psicofármacos movieron 44.157.163 unidades. En dinero, esto equivale a más de $ 38.725 millones. Sería 6,17% más que el año pasado.

Los ansiolíticos fueron los más expendidos: 25,5 millones de unidades, con un alza de 4,64% en los últimos doce meses. El clonazepam lidera la lista, con 7,5 millones de unidades anuales. Solo se incrementó su venta un 3%.

Los que sí crecieron, aunque mueven menor cantidad de cajas, son el lorazepam (14%) y el bromazepam (13%).

Los antidepresivos -un mercado de casi 11 millones de unidades- aumentaron su circulación en un 7,37% de año a año. Hay dos que crecieron a doble dígito: la sertralina (13%) y el citalopram (15%).

La familia de los antipsicóticos, que concentra cerca de 6,5 millones de unidades anuales, experimentó una suba del 8,18%.

Ante estos números, desde diario Hoy nos comunicamos con la psiquiatra platense Diana Uribarri, para que nos dé su visión sobre el crecimiento en la venta de estos medicamentos.

“Es totalmente justificado. Yo tuve un incremento de pacientes que no puedo controlar, es más que claro que ante una situación de estrés constante como la que se vivió en la pandemia, las personas busquen algo para sentirse más tranquilos y que la ansiedad no los consuma”, afirma la profesional.

La falta de certezas, la dificultad de las convivencias y las preocupaciones propias de la inestabilidad en el empleo llevaron a un aumento de consultas relacionadas con la depresión, la ansiedad patológica y el insomnio.

“El problema de la ansiedad, por ejemplo, en algunos casos no se resuelve solo con tomar ansiolíticos sino también con un acompañamiento de terapia. Yo no receto por recetar, porque es muy fácil hacer que el paciente se enganche a la medicación, ya que le crea un bienestar a corto plazo. Yo estudio el caso, veo qué recetar y siempre aconsejo, de ser necesario, un acompañamiento desde el psicoanálisis”, aseguró la psiquiatra Uribarri a diario Hoy.

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