Cultura

Hijitus, un superhéroe de barrio

El niño con mágico sombrero de hongo hizo vivir a muchas generaciones la fantasía de habitar por un rato la ciudad de Trulalá.

Recordar a Hijitus es hacer girar el caleidoscopio de nuestra memoria hasta armar la figura de ese héroe que, a pesar de su corta estatura y su aspecto inofensivo, era capaz de vencer al mal en una ciudad íntima como un barrio donde todos los vecinos se conocen.

Vivía en un caño con su perro Pichichus, nunca supimos si tenía familia. Pronto naturalizamos que un niño pobre pudiera usar galera, y que esa galera al atravesarla lo convirtiera en un superhéroe con una hélice en la cabeza, capaz de vengar a los humillados y ofendidos de Trulalá. No aumentaba su tamaño, ni crecía desproporcionadamente su masa muscular. Nunca dejaba de ser alguien tan niño como ese público que no se perdía una sola de sus aventuras, ya fuera en revistas o en la televisión.

Manuel García Ferré era un español nacido en Almería en 1929 que, a los 17 años, se radicó en nuestro país. Nunca se desentendió de las ensoñaciones de la infancia, y ese imaginario infantil alimentó todas sus creaciones. Su suerte cambió un amanecer del verano de 1955, entre las cinco y las seis, cuando no habían cantado los gallos todavía, en el momento en que terminó de imaginar ese personaje que haría su primera aparición en la historieta “Pío-Pío”, de la revista Billiken. Luego mudaría sus andanzas a la Anteojito y, cuando su popularidad llegara a la cima, tendría su propia revista de historietas. Posteriormente, vendría el salto a la televisión con un dibujo animado que lograría una imparable popularidad, y una película que alcanzaría un éxito arrasador.

El hallazgo de Hijitus fue hacer fácilmente reconocibles a sus personajes, a partir de un maniqueísmo ingenuo y eficaz: por un lado, su inseparable perro, infalible para denunciar con sus gruñidos a los malvados; y por el otro, una chambona liga del mal, cuyo cerebro es un científico malvado a tiempo completo, el Dr. Neurus, secundado por un encamisetado Pucho, de arrastrado acento tanguero, Serrucho y su afilada dentadura musical y la bruja Cachavacha, siempre dispuesta a dar entre risotadas su apoyo al mal. Entre los reverberos de su riqueza, están Gold Silver y su pequeño vástago pistolero, Oaky.

El implacable superhéroe juvenil alcanzó el éxito con los episodios televisivos que se emitieron entre 1967 y 1974. Cada día, en cinco horarios distintos, se transmitía un episodio de un minuto, que culminaba a fin de mes: en total fueron 52 aventuras. En esa época, Hijitus era el protagonista excluyente en el formato de dibujos animados en la televisión argentina. Aunque hoy en día haya sido olvidado por la intelectualidad exitista, el verdadero empeño de la memoria le sigue devolviendo a la creación de García Ferré su carácter inmortal e invencible.

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