La mujer que sentó las bases de un país

Viuda con siete hijos, a los 35 años tuvo la entereza de instruirse y comenzar a escribir. Feminista convencida, no tuvo reparos en cuestionar los abusos de la cúpula eclesiástica en su país. Por el conjunto de su obra, introdujo el realismo en Finlandia, tanto con sus ensayos como por sus novelas y obras dramáticas, poniendo de relieve la miseria de la clase obrera y del proletariado rural. Su casa fue sede de reunión de un grupo de jóvenes escritores que constituyeron el mítico movimiento “Joven-Finlandia”.

Nacida en Tampere bajo el nombre de Ulrika Wilhelmina Johnsson, Minna Canth es considerada por todo el mundo como la primera escritora importante de Finlandia. Su polifacética obra abarca desde el relato hasta el periodismo, pasando por la novela corta y el teatro. Aunque escribió principalmente en finés, también lo hizo en sueco. Fue firme defensora de los derechos de las mujeres y el feminismo, y se aproximó a los temas sociales en sus escritos y discursos.

A la muerte de su esposo, Minna decidió hacerse cargo de una mercería en Kuopio, convirtiéndose así en empresaria, hecho que le proporcionó la independencia financiera necesaria para mantener a su familia, al tiempo que le permitió participar en las escenas literarias y de activismo social, hasta el punto de que su hogar llegó a convertirse en lugar de reunión de intelectuales y artistas de la época.

A lo largo de su vida publicó relatos, artículos y obras de teatro que exploraban las opresivas condiciones estructurales que gobernaban la vida de las mujeres de la clase trabajadora. En ese sentido, la escritora Johanna Holmström ha dicho de Minna Canth: “Fue realmente una de las personas que contribuyó a sentar las bases de la cultura en Finlandia”. Minna Canth se adelantó a su tiempo de muchas maneras; ella creía firmemente que las niñas tenían el derecho a recibir una educación, a aprender sobre las ciencias, la naturaleza y la economía. Aunque desde la época de Minna Canth Finlandia haya dado pasos agigantados hacia la realización de la igualdad de género, todo lo que esta escribió sigue teniendo una gran relevancia.

El legado de Minna Canth ha servido de inspiración a la literatura feminista durante generaciones. Afirma la escritora y docente Minna Rytisalo: “Se perciben las huellas de su pensamiento en la obra de Saara Turunen, una escritora que pide a los lectores que consideren las razones por las que clasificamos a las personas según el género”. La mayoría de sus colegas reconocieron que sus obras influyeron en los primeros hitos de la equidad de género en Finlandia: el país fue, por ejemplo, el primero del mundo en ampliar el derecho a votar y a presentarse a las elecciones a todos los hombres y mujeres en 1906; Finlandia también fue el primer país en elegir mujeres para el Parlamento: 19 fueron elegidas para los 200 puestos en 1907.

Su obra más famosa es probablemente La esposa de un obrero, que critica la dominación masculina en el matrimonio y el abuso de alcohol. Este drama, la obra más radical de Canth, despertó mucho dialogo público, y junto con sus otros textos, acabó contribuyendo a concretar cambios decisivos en Finlandia, que colocarían a ese país en la vanguardia de grandes aspectos de la vida social. La igualdad fue otro de los temas que preocuparon a Minna Canth. Tenía el convencimiento de que la sociedad debía organizarse de manera tal que todos los esfuerzos fueran puestos en mejorar la situación de los más desfavorecidos. Hijos del infortunio (Kovan onnen lapset, 1888), una de las obras de teatro de Canth, es un compasivo retrato de las penurias sociales por las que pasan los desempleados. Las autoridades conservadoras de la época decidieron prohibirla nada más publicarse, por considerarla demasiado polémica.

Minna Canth murió de forma imprevista a causa de un ataque al corazón a la edad de 53 años el 12 de mayor de 1897 en su casa en Kuopio. Fue enterrada en una tumba familiar del cementerio de Kuopio. Cada 19 de marzo -día del nacimiento de la escritora-, Finlandia celebra el Día de Minna Canth.