cultura
La pintora que fue musa del impresionismo
Mary Cassatt es ahora un nombre prácticamente desconocido, pero a mediados del siglo diecinueve fue modelo de Degas y su fama se expandió por Europa.
Hermana de un magnate de los ferrocarriles, se crió en el seno de una familia de clase media alta y fue a estudiar a Europa. Tras una estancia en España, Mary Cassatt se instaló en París. Bajo la influencia de Manet, Degas y Renoir ingresó en el grupo de los impresionistas: comenzó a emplear tonos claros y su dibujo era firme, tanto en sus lienzos como en sus grabados. Sus frescas y encantadoras caras de lactantes y de madres hicieron de ella la pintora de la mujer y el niño. Actualmente, está representada en las grandes colecciones norteamericanas y en el mítico museo de Louvre.
Mary Stevenson Cassatt nació en la ciudad de Allegheny, a las afueras de Pittsburgh -Estados Unidos-, el 22 de mayo de 1844. Frente a la oposición de sus padres, con apenas 16 años, comenzó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania. Al igual que muchos de los impresionistas, se sintió decepcionada por los métodos de enseñanza más tradicionales y decidió seguir su propio camino. Una vez radicada en París, estudió pintura con Thomas Couture y Jean-Léon. Sus estudios se vieron interrumpidos por la guerra franco-prusiana de 1870. De vuelta a Europa en 1871, Cassatt se embarcó en un extenso viaje cultural que abarcó los Países Bajos, Bélgica, España e Italia. Estudió el arte en galerías públicas y quedó impresionada por maestros como Peter Paul Rubens y Correggio.
Tenía un comportamiento bohemio y siempre que podía intervenía en discusiones feministas, nada comunes en la época, especialmente bregando por el sufragio de las mujeres. Más de un disgusto le causó a su familia eso de que la joven Mary se fuera por ahí de juerga con sus compañeros varones. En el fondo, Cassat despreciaba la Academia: no aprendía demasiado en ella. Incluso no se le permitía trabajar con modelos desnudos, por eso de ser mujer. Sólo podía dibujar moldes.
El Salón de París, que era entonces el principal espacio de exposición de bellas artes, aceptó su obra Durante el carnaval en 1874, y al año siguiente se seleccionaron dos cuadros más. Las tres obras recuerdan a España, eran parte de una moda en la pintura pictórica conocida como nacionalismo español. En 1877, el Salón rechazó un retrato que Cassatt había enviado para su consideración, y esta decepción puede haber sido el catalizador para que explorara otras vías, en las que pudiera trabajar “sin tener en cuenta la opinión de un jurado”.
El historiador del arte S. Roe alguna vez describió a Mary Cassat de la siguiente forma: “Mary Cassatt era alta e imperiosa, con una cintura diminuta, ojos pequeños y una fuerte mandíbula. Ciertamente, no era convencionalmente bonita, pero, como razonablemente le comentó a una de sus amiga, eso no era culpa suya. Vestía inmaculadamente con la última moda esbelta y entallada, con botas elegantes y sombreros elegantes, y se mantenía muy recta. Tenía una voz fuerte... [y] un acento atroz cuando hablaba en francés”.
La obra de Cassat desnudó una fuerte sensibilidad decorativa, combinada con una particular afición por las perspectivas inusuales, las composiciones asimétricas, el colorido limpio, el dibujo agudo e incisivo, y una caracterización sagaz y simpática de sus temas. En 1893, Cassatt regresó brevemente a Estados Unidos para pintar un gran mural para el pabellón femenino de la Exposición Universal de Chicago. Ese mismo año, Durand-Ruel organizó una exitosa exposición de ventas en su galería dedicada únicamente a Cassatt y que fue un asunto mucho más grande que la exposición de dos años antes. Cassatt no necesitaba ganarse la vida con su arte, pero, en cualquier caso, debió de estar satisfecha con el éxito de público, y el dinero se convirtió en una útil inversión inmobiliaria. A partir de 1894, Cassatt se instaló en el Château de Beaufresne, en Le Mesnil-Théribus, en el norte de Francia. En sus últimos años, la artista, aquejada de problemas de salud y pérdida de visión, tuvo que dejar de pintar hacia 1914.