cultura

La Plata, la ciudad luz

Nuestra ciudad, a los dos años de su fundación, se convirtió en la primera en América Latina en ser iluminada con luz eléctrica.

En el discurso inaugural –como no podía de ser de otra manera-, se habló del destino de grandeza de nuestro país. Hacía apenas cinco años que Thomas Alva Edison había presentado públicamente la lamparita eléctrica, en su laboratorio de Menlo Park –California-. En 1884, la ciudad de La Plata fue la primera ciudad de América Latina iluminada a través de electricidad, poco antes de que la ciudad de Buenos Aires otorgara su primera concesión para el Alumbrado Público eléctrico.

Dardo Rocha quería hacer de La Plata una ciudad de avanzada en todos sus planos. Por eso, invitó a Walter Cassels –un norteamericano que representaba a la Brush Electric Company de Cleveland -, a probar en nuestras calles el alumbrado eléctrico que se había realizado en las ciudades norteamericanas. Era un método de iluminación limpio y eficaz, que reducía las posibilidades de incendios.

El alumbrado eléctrico tenía una ventaja adicional: era más económico. Hasta entonces, para iluminar a La Plata, se necesitaban aproximadamente dos mil faroles a gas, los que podían ser reemplazados por apenas doscientos focos, reduciendo los costos a la mitad.

El 11 de enero de 1884 se emplazó la primera usina eléctrica, en calle 5 entre 51 y 53, detrás de la Casa de Gobierno, construyéndose una torre de 50 metros de alto con 6 lámparas en su cima de 4.000 bujías cada una. La torre se levantó en Plaza San Martín y su luz podía ser avistada desde la otra costa del Río de la Plata.

El contrato con la Brush Electric Company, fue firmado el 18 de marzo de 1885, por Carlos Arias, Director de Ferrocarriles de la provincia y encargado de la luz eléctrica en la ciudad. El compromiso implicaba para el estado la entrega de las instalaciones existentes y los materiales que se requirieran, y, por parte de la empresa , la instalación, administración y conservación del servicio. La usina fue ampliada y se la ubicó, de manera definitiva, en calle 3 entre 44 y 45.

La iluminación de parques y plazas se realizó mediante postes de madera con lámparas eléctricas incandescentes, lo que provocó, en noches de verano, una concurrencia masiva de los platenses hacia los numerosos espacios verdes de nuestra ciudad.

A los pocos años, surgió la Sociedad Anónima Compañía “Luz y Tracción Eléctrica del Río de La Plata”, con el aporte de capitales británicos, que obtuvieron la concesión del servicio hasta 1903. El tendido eléctrico fue una plataforma indispensable para el desarrollo industrial de la región, reemplazando el cruel servicio de tracción animal por los tranvías. El desenvolvimiento de las fuerzas productivas hizo necesario acelerar proyectos como el de la construcción del Puerto de La Plata, y usinas eléctricas de mayor porte y capacidad de generación.

En 1924, la compañía “Luz y Tracción Eléctrica del Río de La Plata” fue absorbida por la CADE (Compañía Argentina de Electricidad) que obtuvo la concesión del servicio. Para satisfacer la demanda de electricidad de Los Hornos, City Bell, Villa Elisa y Abasto, se instaló sobre el Dock Oriental del Puerto de La Plata una nueva usina de mayor envergadura con cableado subterráneo, y para llevar adelante la administración del servicio, se construyó en 1927 un edificio en esquina 5 y Diagonal 80, diseñado por el arquitecto M. Bouckenooghe, que con sus columnas y cúpula central forma parte del patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad.

El 30 de diciembre de 1958 se creó Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (SEGBA), una sociedad mixta en la que el Estado contaba con el 50 % de las acciones en manos del Estado y que, cuatro años, sería enteramente estatizada. Durante los años del menemismo el suministro del servicio eléctrico fue privatizado, status que se mantiene hasta el presente, con concesiones entregadas a distintas empresas privadas.

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