La sequía castiga duramente a las lagunas de Junín
La situación golpea a economías regionales que se potencian con los pescadores.
Varias temporadas de déficit de precipitaciones, sumado a altas temperaturas, generaron un combo letal en gran parte de la Provincia de Buenos Aires. Uno de los distritos más afectados fue Junín, primero con la laguna de Mar Chiquita, la primera que sufrió los embates del clima y la dejó fuera del circuito de los pescadores. Más adelante, le tocó a Gómez, y El Carpincho no escapó a dicha circunstancia.
Esta situación, sin dudas, golpea a economías regionales que se potenciaban con el movimiento de pescadores dentro de las distintas localidades del partido, desde proveedores de carnada, estaciones de servicio, guías, comercios y hasta los clubes, que encontraban la posibilidad de sumar ingresos con sus predios o con eventos que permitían hacer más fácil la mantención de la institución. Íconos dentro de los ámbitos bonaerenses, las lagunas de Junín tardarán mucho en volver a ser opción.
En ese marco, se desató una polémica entre las autoridades de la zona y los funcionarios de Recursos Hídricos, quienes son los encargados de manejar las compuertas en las lagunas de la Provincia. Por un lado, desde Recursos Hídricos señalan la incidencia del cambio climático. Por el otro, los pescadores del pueblo señalan que las compuertas de Gómez nunca se cerraron por completo, es decir, que la situación podría haberse evitado, al menos, mantener un mínimo caudal y no la sequía que se advierte en este momento. “Si llueve, el agua aparecerá de inmediato y los caudales mejorarán, pero habrá que tener intención de cuidar los niveles y realizar los cierres y aperturas de compuertas, cuando sea necesario”, señalaron.
La presencia de pejerreyes en las tres lagunas es nula, solo El Carpincho goza de un mínimo nivel que ilusionaba, pero, al parecer, solo carpas y mojarras pueblan el espejo. Las expectativas hacia el futuro inmediato no son buenas.