Laboratorio argentino elabora aceite de cannabis

La empresa estatal Cannava cuenta con su propia plantación y laboratorio industrial en Jujuy, y pretende llevar el aceite a las farmacias en 2022. Además, un productor platense nos muestra otros usos.

Por primera vez en la historia de la Argentina, la marihuana está en un laboratorio industrial, lo que implica que los pacientes que necesitan tratamientos con cannabis podrán conseguirlo a precios más accesibles que a través de la importación desde el exterior.

Además, existe la cuestión de la dosificación. Aunque muchas familias lo fabrican de manera artesanal gracias al conocimiento construido a través de organizaciones como Mamá Cultiva, la producción industrial tiene la ventaja de cualquier formulación de grado farmacéutico.

“Se puede garantizar que no haya microorganismos que afecten a la salud de la persona y que el paciente reciba exactamente la concentración de cannabinoides que necesita”, explica la química, Roxana Cabana.

El producto de fábrica

Hay tres pipetas diferentes que brillan bajo la luz blanca. La de color verde eléctrico contiene fragmentos de cogollos (flores); la marrón oscura, la resina espesa que se obtiene tras pasar ese material vegetal por distintos procesos de extracción; y la de amarillo claro, el producto final, patentado como Cannabidiol CBD10 por la empresa estatal Cannava, que es la mezcla de lo anterior con un aceite de sésamo.

La encargada del departamento de Control de Calidad de Cannava pasará las tres pipetas por una máquina de procesamiento HPLC (cromatógrafo líquido de alta resolución, en sus siglas en inglés), para medir los niveles de concentración de cannabinoides. “El cannabis es una especie que estuvo demasiado tiempo en el cajón de las investigaciones”, afirma sonriendo.

No fue hasta 2017, cuando se aprobó la Ley 27.350, que autorizó el uso terapéutico y paliativo del cannabis, que comenzó a escuchar de los tratamientos para el au­tismo, la epilepsia y enfermedades oncológicas, entre otras. “Ahí fue que empecé a leer más y más de esto” dice Cabana.

Ahora, hay más médicos formados en el uso terapéutico del cannabis, es más fácil importarlo desde el exterior, las obras sociales cubren el costo y la Provincia difunde sus beneficios cotidianamente. Como contraparte, se ge­neró un circuito trucho y las cremas y soluciones cannábicas –de dudosa procedencia- se consiguen hasta en las ferias de Tilcara.

El producto artesanal en La Plata

Desde diario Hoy nos comunicamos con Juan Franco M., quien por razones legales prefiere resguardar su apellido, ya que lo que él hace, para el estado sigue siendo un delito. “Soy un consumidor de la planta, fumo marihuana todos los días. Pero eso es solo una mínima parte de lo hago con ella”, dice este entrerriano que lleva casi 20 años en nuestra ciudad. “Yo tengo una gran plantación en casa, pero no es solo para fumar. Hago aceites, jabones y cremas que ayudan muchísimo a las personas que tienen dolencias. El aceite de cannabis lo mezclas con crema neutra, y ahí tenés tu crema de marihuana. Pruébenla si tienen reuma y dolor y fíjense qué pasa”, añadió.

La estigmatización de la planta viene en retroceso hace décadas en el mundo, pero los avances son lentos. En Latinoamérica, Colombia y Uruguay ya son productoras, pero todavía son pocos los países, como Canadá, Alemania e Israel, con trayectoria industrial en la producción de cannabis medicinal, y hasta fines de 2020 la ONU clasificaba a la marihuana en su lista de drogas más peligrosas del mundo, junto a la heroína.

Volviendo con Juan Franco, ahora nos cuenta que “estoy empezando a investigar y fabricar ropa. Es difícil aunque no imposible. Las fibras que tiene la planta son muy fuertes y después de varios procesos quedan para el uso. En estos momentos mis pruebas son con alpargatas, porque son fáciles de hacer y de coser, porque yo no tengo mucha idea de eso”. “Ojala la gente empiece a entender los beneficios que tiene esta planta. Puede curar, ayudar a transitar mejor una enfermedad, vestirnos y hasta se puede usar con fines re­creativos, que es lo que más nos va a costar lograr a llegar para que sea legal”, cerró Franco.

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