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Las dudas que sigue despertando la Luna y no dejan dormir a la NASA
La atracción que ejerce la Luna sobre la Tierra es responsable de la forma en que suben y bajan las mareas.
Aunque han pasado siglos y siglos, estudios y estudios, la Luna sigue siendo, para la ciencia, un gran misterio por descubrir. Su eterna presencia y la regular perfección de sus fases la convirtieron en un objeto de fuerte influencia cultural desde la antigüedad, tanto en el lenguaje, como en el calendario, el arte y la mitología.
Lo que sabemos: la Luna es el astro más cercano; es el único satélite natural de la Tierra; su atracción es la responsable de la forma en que suben y bajan las mareas; y nuestro planeta gira de la forma en que lo hace a causa de ella.
Que no sabemos (o sabemos poquito): sabemos hay agua en la Luna, pero no sabemos a ciencia cierta cuanta, ya que solo se halló muy poca y congelada; su origen. Esta es la teoría más aceptada: un objeto del tamaño de Marte se estrelló contra la Tierra hace unos 4.500 millones de años, de ese impacto volaron pedazos que se volvieron a juntar por la gravedad, quedaron atrapados por la órbita de la Tierra y finalmente se transformaron en la Luna.
La respuesta más buscada es si hubo vida: la Luna tuvo volcanes activos, y esta actividad podría haber influido en su atmósfera. En estos escenarios, podría haber tenido una atmósfera, además de océanos; lo que constituye un entorno hospitalario para la vida.