Literatura infantil y arteterapia

En todo el ciclo de la literatura infantil se intenta poner ante los ojos de los niños algunos retazos del mundo. Los cuentos de Alonso tienen el alfilerazo severo de todo aquello que despierta curiosidad e inquietud en ellos, sin dejar de preservar su misterio.

—¿Cuáles son a tu criterio los grandes referentes de la literatura infantil, y por qué?
—Existen para mí muchos referentes, comenzando por los cuentos de hadas clásicos, que, como sabemos, son relatos que no pasan de moda. Algo muy enriquecedor me parecen las diversas versiones de ellos que desde hace varios años pueblan las librerías y bibliotecas: un lobo que huye ante la Caperucita que le dice que tiene mal aliento, abuelitas que utilizan internet y correos electrónicos o una Blancanieves que solicita que se le pague un salario por trabajar en casa de los enanitos.

Hay muchas versiones. Me parece importante que se conozcan y difundan, resultan adecuadas a nuestro contexto social atravesado por expresiones y políticas de género, el rol de la mujer, la visibilización de los micromachismos, temas, entre otros, fundamentales para lograr una socieBibiana Alonso, libros, Cuentos de chicos dad más sana y justa. Hay muchas autoras y autores argentinos maravillosos. Liliana Bodoc me resulta exquisita, con una sensibilidad, un profundo contenido social y comprometido y una capacidad creativa maravillosa.

—¿Cómo se desarrollan los en­cuentros de arteterapia?
—En un espacio grupal, se invita a los integrantes a que escuchen una consigna, para luego producir una imagen, texto, movimiento u otro, con determinados materiales. La producción primero es en forma individual, y luego se comparte con los otros. Considero que no es un ámbito de interpretación, ya que para eso existen espacios específicos, como son los espacios psicoterapéuticos individuales, pero sí es un ámbito de creación con otros, en el que los textos e historias se van entrelazando formando una auténtica trama vincular.