Descubren un cuasicristal creado por la primera explosión nuclear
A 76 años de la prueba de bomba atómica, un grupo de científicos reveló la presencia de estos elementos en estado natural, algo que solo se había observado en meteoritos.
El 16 de julio de 1945, en el desierto de Nuevo México, al suroeste de Estados Unidos, se llevó a cabo la primera prueba de bomba atómica de la historia. 76 años atrás, la explosión del proyecto Trinity dejó un cráter de tres metros de profundidad y 330 metros de ancho.
El estallido de la explosión tardó 40 segundos en alcanzar a los observadores y la onda de choque pudo sentirse a 160 kilómetros de distancia.
En ese momento, la arena circundante, la torre desde la que se lanzó el artefacto nuclear y los cables de cobre utilizados para comunicación, se fusionaron en un material conocido como trinitita. A casi ocho décadas de la prueba atómica, un grupo de científicos del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en suelo norteamericano, descubrieron en la trinitita el primer cuasicristal producido por el hombre.
Una de las particularidades del elemento hallado es que se encuentra en estado natural, algo que solo se había observado en los cuasicristales de los meteoritos.
“Los cuasicristales se forman en ambientes extremos que rara vez existen en la Tierra”, explicó el geofísico de la institución estadounidense, Terry Wallace. “Es necesario un evento traumático con una sacudida, una temperatura y una presión extremos. No solemos ver esto, excepto en algo tan dramático como una explosión nuclear”, agregó.
A diferencia de los cristales que forman materiales como el azúcar, la sal o el cuarzo, estos elementos, descubiertos por primera vez en la década del ‘80, son tan organizados y estables como un cristal, aunque los átomos de su estructura interna siguen patrones que no se repiten.
“Este cuasicristal es magnífico en su complejidad, pero nadie todavía puede decirnos por qué se formó de esta manera. Pero algún día, un científico o ingeniero se dará cuenta de eso y las escamas se quitarán de nuestros ojos y tendremos una explicación termodinámica para su creación”, destacó Wallace.