“Los intensivistas mantienen una posición optimista”

Mientras la campaña de vacunación que desarrolla el Gobierno nacional contra el coronavirus avanza con éxito a lo largo y a lo ancho del país, los profesionales de salud continúan desde la primera línea de batalla en la lucha contra la pandemia, que aún está lejos de llegar a su fin.

Según el último informe de la SATI (Sociedad Argentina de Terapistas Intensivos), las camas de cuidados intensivos de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires tienen una ocupación del 76 por ciento, pero solo el 20 por ciento es utilizado por pacientes con diagnóstico de Covid-19. De ese total, inferior a meses anteriores, solo el 74 por ciento requirió asistencia respiratoria mecánica, mientras que el 13 por ciento debió ser sometido a oxígeno terapia.

“La ocupación de camas es baja. Creo que es una de las más bajas que hemos tenido”, le dijo a diario Hoy la médica intensivista Carina Balasini en relación al nuevo estudio. En esa línea, la especialista en cuidados críticos e integrante de la comisión directiva de la SATI, afirmó: “Yo creo que va a haber una tercera ola. Hubo en todo el mundo. Está tardando más de lo habitual, pero en las olas anteriores también se tardó un poco más”.

En el relevamiento semanal de la institución, cuando se les preguntó a los profesionales de la salud encuestados si estaban preparados para afrontar la nueva ola, el 69 por ciento respondió que sí.

“Yo creo que estamos preparados para enfrentar esta ola. Ahora ya conocemos más las patologías, trabajamos en equipo, conocemos cómo lo tenemos que tratar. Si bien hay cosas que seguramente el tiempo nos va a decir si hay alguna otra medicación que puede funcionar o no, pero hemos aprendido y sabemos cómo trabajar. No es lo mismo que al principio, contamos con equipos de protección personal y en todas las terapias hay respiradores”, manifestó la profesional.

En diálogo con este multimedio, el médico intensivista Leandro Tumino, quien se de-sempeña en el hospital San Martín de nuestra ciudad, precisó: “Es indiscutible el gran caudal de información y conocimiento que se ha generado en los últimos dos años. Sin embargo, no podemos dejar de considerar si estamos preparados física y psicológicamente para hacerle frente, nuevamente, a muertes diarias, desconsuelo familiar ante la pérdida inesperada de seres queridos en soledad y la angustia permanente que genera el estar de guardia y no saber si podremos darle una respuesta necesaria a todo aquel que lo necesite”.