cultura

Mario Trejo, una leyenda nacida en La Plata

Fue una de las voces más reconocidas de la poesía argentina. Recorrió el mundo como periodista y escribió guiones para películas de Bernardo Bertolucci.

Con su libro El uso de la palabra, Mario Trejo ganó en 1964 el premio Casa de las Américas, de Cuba, con un jurado presidido por Juan Gelman. En los años 60 se fue a Europa porque “estaba harto”, según le confesó a un periodista de Primera Plana. En televisión, donde hacía periodismo, había impulsado el ciclo Historias de jóvenes, un programa dirigido por David Stivel –quien luego sería el director del mítico Cosa juzgada–, con guionistas encabezados por Trejo, decididos a plasmar la problemática que atravesaban los jóvenes de entonces. Le prohibieron hablar con el voseo, pidió perdón ante las cámaras por lo ridículo que iba a sonar la formalidad verbal del “tú” o el forzado “usted” y lo suspendieron. Fue la antesala de un portazo.

No fue el único portazo que dio (y recibió) este poeta platense nacido el 13 de enero de 1926 que anduvo por buena parte del mundo y que conocía a Latinoamérica como su propia casa. Andar por América Latina quiso decir para él escribir sobre cine para el diario Revolución, de La Ha­bana, hacer el guion de Desarraigo, el primer largometraje cubano premiado en el exterior, en el Festival de Cine de San Sebastián, o trajinar con el periodismo en Chile, México, Brasil y Venezuela. Entrevistó a grandes personajes históricos como Ernesto Guevara, Ben Gurión, Salvador Allende y Yasser Arafat, entre otros.

El primer poema lo escribió a los ocho años, mecanografiado. Su hermana le leía cuentos antes de que él aprendiera a leer. Esa fascinación por escuchar buenas historias lo acompaño toda la vida. Don Pepe Podestá fue su tío abuelo, y su hija, su madrina. A los cuatro años se subió vestido de gaucho al escenario del teatro de calle 10 casi esquina 47 de nuestra ciudad. Antes de que terminara su infancia se fue con su familia a vivir a Buenos Aires. Su primera obra de teatro, No hay piedad para Hamlet, la escribió junto a Alberto Vanasco, compañero del Colegio Nacional de Buenos Aires. Vivía cerca de la casa de Oliverio Girondo y los viernes iba siempre a visitarlo. Eran una multitud. Trejo iba con sus poemas. Girondo los leía y empezaba: “Mire, ciudadano”, y le marcaba cosas. Donde había un lugar común o un recurso repetido, se lo subrayaba. Fue su taller literario.

Hizo un programa de literatura con Mario Vargas Llosa para la radiotelevisión francesa. En Roma, en 1965, conoció a Bernardo Bertolucci, quien dirigiría Último tango en París y Novecento, entre otras películas, y escribió para el director italiano el guion de Kill me future, un largo de ciencia ficción política que no alcanzó a filmarse. Años después, la dupla insistiría en hacer una película juntos y nació El camino del petróleo, el primer largometraje documental de Bertolucci protagonizado por el propio Mario Trejo, y que se estrenaría en el Festival de Venecia.

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